Page 26 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                            La defensa del obispo Moscoso: Cargo 1º
            Diego Aguilar, Acencio Vera, Eugenio Riva, Yldefonso del Castillo, Bernardo
            Tamboquacso y otros ylusos que a principios del mes de enero del año de mil
            setecientos ochenta alteraron la tranquilidad de aquella ciudad y háviendo yo
            dedicado los maiores esmeros y practicado las mas exquisitas diligencias para
            aberiguar los complices de aquella alteracion por los sugetos que tenían trato
            y comunicacion con los nominados nunca supe ni oi decir ni adbertir que
            alguno de ellos tuviese trato o comunicacion verval o por escrito i en manera
            alguna con dicho señor ylustrisimo obispo, ni que este prelado huviese tam-
            poco conocido a alguno de ellos = Que se logró la mas perfecta tranquilidad
            asi en la ciudad como en la diocesi mediante las cartas pastorales que dirigio
            el referido reverendo obispo mandando se leyesen antes en todas las yglesias
            de su capital a tiempo de la misa mayor y que circulasen por todo su obispado
            con el fin importantisimo y laudable de dar a conocer a todos sus súbditos la
            reberencia y subordinacion al Rey la obligacion en que se hallavan de no usur-
            par del real haver y recomendables derechos reales alguna y de mantenerse
            en la maior lealtad y con el mas devido amor a un soberano que velava por el
            bien de todos cuyo contenido tengo muy presente ser de una de las referidas
            cartas pastorales que lei algunas veces con particular complacencia. No la tuve
            menor en los repetidos oficios que este prelado me pasó dandome avisos mui
            oportunos de las noticias que adquiria en aquellos movimientos y me acuer-
            do haverme remitido por dos veces a un eclesiastico nombrado don Juan de
            Dios Niño a que declarase en mi jusgado lo que con ocasion de haver sido
            cura theniente de la doctrina de Pisac bió en punto de sublevación al cacique
            de aquel partido nombrado Bernardo Tamboguacso siendo tan importantes
            y oportunos los avisos de este clerigo y su declaracion que hizo judicial por
            mandato del ylustrisimo señor obispo que en esta diligencia se interpusieron
            las mas activas a efecto de sosegar la provincia de Calca en cuia jurisdicion
            estaba situado el cacicasgo de Tamboguacso y de prender a este como todo
            tuvo su devido efecto. Tambien tengo mui presente haver pasado dicho señor
            obispo a mi casa y avisandome que entre los que hacían partido de subleva-
            cion era uno de ellos el referido Yldefonso del Castillo de quien hasta entonces
            no supe yo cossa alguna y con esta noticia que me comunicó su ylustrisima
            asegurandome haverla oído se hicieron tambien las diligencias necesarias has-
            ta que se logró la captura de este iluso. Ygualmente me acuerdo que estando
            para sufrir el ultimo suplicio estos alsados me emhio el señor obispo un reca-
            do diciendome que no me precipitase en dar muerte a aquellos reos que se les



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