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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Don Antonio Baldez, a suplicarle al rebelde, que remediase aquel insulto y a su
petición, salió y mandó a los Indios que se sosegasen y recogiesen sin causar
alboroto alguno, y por ser verdad todo lo que llevo relacionado Juro in verbo
sacerdotis, ser cierto, y doy la presente para que conste donde combenga a
pedimento berbal, Diego Chuquillata.
Otra.— Yo el Alcalde mayor de este pueblo de Asillo, Provincia de
Asangaro Don Josef de Alvarez, certifico en quanto debo y puedo, y doy fee
como el Doctor Don Diego Chuquicallata certificante es persona Eclesiástica
a quien lo conosco que es natural del pueblo de Taraco, y la firma que ha pues-
to es suya propria, y de su puño y letra de la que siempre usa, y acostumbra, y
porque en cualquier parte haga fee judicial, y extrajudicialmente doy la pre-
sente actuando con testigos a falta de escrivano, y en este papel común, por no
hallarse de el cellado, es fecho en este Pueblo de Asillo, en seis dias del mes de
Noviembre de mil setecientos ochenta y tres años.— Josef de Albarez.— Vi-
cente Grajeda.— Diego de Contreras.— Domingo Mango.—
Pedimento.— Señor Corregidor y Comandante de Armas.— El Ba-
chiller Don Josef Rafael Sauraura, y Tito Atauchi, clérigo Presbyteto y Domi-
ciliario de esta Diósesi cuscana como mas aya lugar en Derecho paresco ante
Usía y digo: Que estando de cura Theniente en Antauta anexo de la doctrina
de Hururillo pase intrepido al pueblo de Aiavire, movido de Caridad sacer-
dotal, y compungido de ver a la gente española andar fugitiva por riscos y
peñas sin mas auxilio que el de Dios ni mas alimento, que sus lágrimas y logre
dichoso con mis lagrimas y eficaces razones trayéndole a los ojos las malas
resultas, y feo lunar en la nación que havia acarreado su hecho, predicarle en
su morada, y transtornarle de su iniqua empresa al Insurgente Josef Gabriel
Condorcanqui, y Noguera, vulgarmente nombrado Inca Tupac Amaro, quien
segunda vez volvió, alevose a insultar a la jente para haser nueba embestida
al Cuzco.— Luego que salí de la Iglesia puesto en las gradas, y teniendo a mi
lado al rebelde convoqué a la plebe de todas clases y en voz alta, prediqué a los
Indios recomendando a los españoles para que no los mataran, y a uno que así
lo havia echo en quitarle la vida a un Español lo mandé prender, y al tiempo
de partirse ya para Tungasuca el traidor, quien lo perdonó, yo violentado de
coraje sacerdotal, para con el hecho escarmentar a otros insolentes, hize que
de las manos lo amarraran a la cola de un cavallo, a quien lo tiraron mas de
dos leguas, y de buelta de su destino me prometió escarmentar.
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