Page 738 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
                                                                      Conclusión de la rebelión
                    Otros.— En el pueblo de San Pedro de Quiquijana en veinte y nueve
            dias del mes de Noviembre de mil setecientos ochenta y uno; parecieron ante
            nos Don Vizente Zalas, y Don Josef Quiñones, quienes, despues de haver he-
            cho el juramento, por Dios Nuestro Señor y una señal de Cruz, y entendido lo
            que es, prometieron de decir la verdad de lo que fueren preguntados, so pena
            del juramento, que fecho tienen, y dijeron lo siguiente. Que haverse ido a alis-
            tar vajo de las banderas Reales a la ciudad del Cuzco el susodicho don Vicente
            Zalas, dió orden Josef Tupac Amaro, para que sus parientes ya llegados fuesen
            pricioneros a la capital de Tinta, y realmente fueron llevadas Doña Petrona Se-
            rrano su suegra, Doña Tomaza y Doña Rosalia Tarraga, sus cuñadas, quienes
            luego que merecieron juntarse con grandes lágrimas le contaron al declarante,
            las desdichas e infortunios que el suplicante padesió de cautibo de buelta del
            Cuzco, que fué y le contaron lo contenido que sumariamente hablando fué
            puesto dentro de la casa del revelde, desde el dia que volvió .de la ciudad,
            hasta la dentrada de los españoles a Tinta, con tal inspección de que aunque
            destinava a barios sacerdotes a los pueblos, a el nunca se lo permitían salir, por
            decir toda la familia de los Tupac Amaros, ser el suplicante un traicionero, y
            denunciador de sus asumptos, con el fin de matarlo a trayción. Que fué reco-
            jido dentro de su casa con los demás sacerdotes y religiosos para ser quemado
            con ellos en un quarto de paja, y para éste fín Micaela Bastidas mandó tocar a
            entredicho, y estando influyendoles en la Puerta de la calle de su morada, que
            fué en el cavildo, salió intrépido al balcón el suplicante, y estando presente la
            referida, predicó al Pueblo dándoles a entender lo malo, y sacrílego que iban
            a executar contra los sacerdotes, que realmente, era inocente, defenzores de la
            ley, y del Rey, y no traydores a su Inca, como se les acababa de decir, y con sus
            lágrimas sosegó al pueblo, y de este modo defendió a los predichos señores
            dejando a sus moradores mui compungidos, por entonces. Que el suplicante
            andaría muchas veces lloroso, y siempre acompañado de otros sacerdotes, por
            decir que Josef Tupac Amaru a petición de Micaela Bastidas dió orden para
            que lo desquartizaran, y con esta mira, siempre que salia el rebelde a sus ex-
            pediciones dejava encargado a que tuvieran cuidado de el por siertas noticias
            que adquirió estando en Pucacaza, y que lo mesmo (dijo el suplicante) se lo
            havia comunicado sigilosamente Don Miguel de Samalloa casique Español
            del Pueblo de Siquani, que estavan todos ellos echos un axí contra el referi-
            do eclesiástico, y que procurase guardarse. Que estando las referidas señoras
            prezas en la casa del Rebelde Vinieron nueve o dies personas entre Indios e



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