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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
años: pues sin respeto á él mantenia correspondencia con los naturales de estos
paises, acariciándolos, agasajándolos, ofreciéndoles su patrimonio y defensa,
usurpando en las cartas que les escribia los dictados de Padre Gobernador é
Inca; atrayéndolos á su partido con el suave y dulce nombre de hijos con el que
y sus promesas engañados le contribuian, no solo los de la provincia de Tinta,
sino de algunas otras, con víveres; manifestando en su respeto y sumision el
sumo y perjudicial afecto que le conservaban; dando títulos de Gobernador,
Justicia Mayor y otros; administrando cierta especie de jurisdiccion entre ellos;
introduciendo el que recurriesen á él con sus querellas y pedimentos por escrito;
ocultando los caudales substraidos á sus legítimos dueños, sin haber restitui-
do cosa alguna, como igualmente las armas: condiciones precisas bajo las que
se concedió y admitió el indulto. Queriendo últimamente substraer á nuestro
augusto y legítimo Soberano estos dominios, dando órdenes a los indios, para
que guardasen las armas, á fin de estar prontos con ellas, para cuando les avi-
sase: advirtiéndoles desconfiasen de los españoles, á quienes no entregasen las
haciendas, por deberse repartir estas entre ellos en ayllos. Que no habria co-
rregidores, sino solos Justicias Mayores, inspirándoles le ayudasen en cualquier
trabajo ó prision en que se hallase, tumultuándose todos, dejandose victorear
con los dictados de padre; recordándoles con este motivo los beneficios que le
habian debido en exponer su vida por ellos, libertarlos de tantas opresiones, y
sacándoles la espina que tenian clavada, permitiendo así las aclamaciones que
le daban. Los en que se halla convicta Marcela Castro, por haber presenciado la
conversacion relativa al alzamiento verificado en Marcapata, sin haberse opues-
to ni dado cuenta, manteniendo en desafecto y desconfianza á los indios, po-
niendo en sus cartas los dictados de hijos. E igualmente los perpetrados por
Simon Condori y Lorenzo Condori, haciendo de cabezas de la rebelion en Mar-
capata, concitando á los indios á ella, llevando por insignia la banda remitida
por Mariano Tupac-Amaro, á fin de que los creyesen mensageros suyos, y les
obedeciesen: poniendo en práctica sus inicuas ideas que han confesado, en las
que se hallan convictos y confesos. Atendiendo igualmente á hallarse renovados
todos los delitos anteriores al indulto, debemos ondenar, y condenamos al refe-
rido reo, Diego Cristoval Tupac-Amaro, en pena de muerte, y la justicia que se
manda hacer es, que sea sacado de la cárcel donde se halla preso, arrastrado á la
cola de una bestia de albarda, llevando soga de esparto al pescuezo, atados pies
y manos, con voz de pregonero que manifieste su delito: siendo conducido en
esta forma por las calles públicas acostumbradas al lugar del suplicio, en el que,
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