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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
el 26 de Febrero del mismo, a las siete de la noche, recibí una carta de aquel
Comandante, de que remitió copia con el N° 2, acompañándome con ella unos
autos originales formados por el Corregidor de Quispicanchi, de los que re-
sulta justificado en bastante forma que Mariano Túpac Amaro, con noticia y
consentimiento de su tío Cristóbal y de su primo Andrés Mendigure, trataba
de conmover nuevamente el Reino, cuya sublevación descubierta y cortada en
tiempo, con la prisión de los primeros caudillos de aquellos podía tener mayores
progresos, sino se trataba de asegurar sus resultas con la prisión de los cabezas
principales; lo que comunicado de nuevo con el Visitador Escobedo, acordamos
que en aquella misma noche y por medio de un posta se contestase a Avilés, en
los términos que aparece de la adjunta copia N° 3, que inmediatamente y sin
pérdida de tiempo se asegurasen las personas de Mariano y Fernando Tupac
Amaro, de Andrés Mendigure y de todos sus criados y familiares, a los que se
arrestasen en el cuerpo de mi Guardia de Infantería, con toda seguridad y total
separación, de permitirles comunicación alguna por escrito ni de palabra, po-
niéndoles para ello un centinela de vista, lo que así se efectuó por mi Auditor
General de Guerra y Secretario del Virreynato, con el auxilio militar correspon-
diente, practicándose todo en la misma noche, con el mayor sigilo, sin que se
experimentase la menor alteración ni novedad.
A el inmediato siguiente día di parte, con los autos de la materia a la Real
Audiencia, en acuerdo extraordinario que celebré, y habiéndose aprobado todo
cuanto hasta entonces se había practicado, se acordó que desde luego nombrase
un Ministro que adelantase la sumaria en todo lo posible, procediese a recibir
sus confesiones a los reos, y estuviese dispuesto para pasar a la ciudad del Cuzco,
si fuese necesario al primer aviso que se tenga de lo operado por Don Gabriel
de Avilés; y conformándome con este dictamen, elegí al Oidor Don Benito de
la Mata Linares como enterado en estos asuntos, por lo mucho que sobre ellos
ha trabajado en dicha Ciudad (cuando pasó a ella con Don José Antonio de
Areche) el qual está practicando las diligencias que se le encargaron, de cuyas
resultas y demás que hubiere hiré dando parte a V. E. para que sirva elevarlo a la
soberana inteligencia de Su Majestad, dignándose asegurar así mismo a su Real
Piedad que mi cuidado es incesante, y que espero conseguir por este medio la
total tranquilidad del Reino. Nuestro Señor guarde a V. E. muchos años, como
deseo.— Lima 5 de Mayo de 1783.— Excelentísimo Señor.— Besa las manos
de V. E. su más atento y seguro servidor.— Don Agustín de Jáuregui.— Excmo.
Señor Don José Gálvez
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