Page 654 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
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            hallaba depositado Fernando Tupa Amaro, hermano del primero, como mani-
            festé a Vuestra Excelencia en mis cartas números 93 y 119, prometiéndoles que
            si permanecían constantes en la fidelidad y lealtad juradas oiría sus pretencio-
            nes; pero usando desde luego la cautela de ponerles, con pretexto de su mayor
            seguridad, un Oficial de confianza que les acompañase, con orden reservada
            para que les observase todas las operaciones, y me diese cuenta de cualquiera
            novedad que advirtiese.
                    Igual encargo tenía hecho anteriormente y aún desde el principio de la
            pacificación al Coronel Don Gabriel de Avilés, Comandante de las Armas del
            Cuzco, a los Corregidores de las provincias de Tinta y Quispicanchi y a otras
            personas de confianza, por cuyos avisos he tenido individual noticia de cuanto
            han ejecutado en este tiempo Diego Tupac Amaro y sus sobrinos. Y aunque
            hasta ahora no habían dado unas pruebas positivas y claras de su reincidencia,
            todos convenían en que era sospechosa y poca segura su fidelidad: que tenían
            frecuentes tratos con los demás indios, entre los que ejercían jurisdicción, y de
            los que recibían una especie de obsequio o adoración, que manifestaba muy
            bien la subordinación en que los tienen: que han vivido y viven con un abando-
            no, despotismo y autoridad, qual sino reconocieran otro superior: igualmente
            que no daban las menores señales de enmienda, ni había esperanza alguna de
            reducir a Diego Tupac Amaro a que se presentase voluntariamente en esta Ciu-
            dad, como falsamente lo había prometido repetidas veces.
                    Todos estos indicios de su pertinacia y rebeldía resultaban comprobados
            por sus repetidas cartas y avisos que me dieron los encargados y otras personas
            de entera fe, cuyos documentos unidos a la Real Orden que V. E. me comunicó,
            con fecha de 24 de Mayo próximo pasado, se lo remití al Visitador General Don
            Jorge Escobedo, para que bien examinados estos antecedentes, y en considera-
            ción al actual estado del Reino me diese sobre todo su dictamen, el que se parti-
            cipó con dos oficios consecutivos que para ello me pasó y conformándome con
            su parecer, expedí con su acuerdo la orden de instrucción, de que acompaño
            copia con el N° 1, autorizando por ella a el expresado Coronel Don Gabriel de
            Avilés, para que en la primera ocasión favorable que se le presentase, asegurase
            a Diego Cristóbal Tupac Amaro, la mujer, hijos y familia y principales caudillos,
            dándome cuenta con anticipación, para que ello dispusiera en esta Ciudad la
            prisión de sus sobrinos, y se les formasen a todos sus correspondientes causas.
                    Esta orden se le dirigió a el anunciado Avilés por medio de un extraor-
            dinario que para ello hice el 24 de Febrero próximo, y dos días después que fué



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