Page 476 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen 4
Conclusión de la rebelión
la conciencia, porque un solo Mandamiento que se quebrante, cierra la entrada
en el Reyno de los Cielos, y es como si todos se violasen, o que nos hiciesemos
reos por entero.
Por esto, hijo mio, hablandoos con la pureza que habeis palpado en mi,
desde que tratamos con el motivo de vuestra reducción, os digo abiertamente
que asi para cumplir con Dios, como con el publico, y Rey, debeis añadir a las
pruebas que habeis dado de conversion, la que os resta en saneár los perjuicios
causados por vuestra familia y persona como por los yndios que han hecho
agravios con vuestro ejemplo y proteccion; y esto es lo que justamente desea el
Exmo. Sor Virrey, segun se explica en carta de 12 de marzo que hoy he recibido
y admiro en ella la rara bondad con que se difunde en vuestra beneficio.
En Zorata hubo un gran tesoro asi en oro como en plata; en las otras
provincias del Collao saqueadas ha sido a proporcion notorio el daño que se ha
causado y este pide satisfacción en lo posible; de modo que sin ella no hay que
esperar de Dios misericordia, porque siendo esta clase de injusticia el pecado no
se perdona menos que se restituya lo que quito. Ya he observado en vuestro pen-
sar limpio y propendeis a que se forme de vuestros procederes el mejor concepto
que corresponda a un vasallo que tiernamente debe amar a su Rey con la nota-
ble obligación de agradecido por la vida y libertad otorgada sin confiscación de
bienes; y de tan justos principios espero ver una condecendencia tan racional y
debida que para producirla basta ser hombre.
Mi hijo Diego, hoy no solo es hombre y muy de bien, sino christiano,
catolico de los mas rendidos que tengo en mi grey. Asi lo conozco y este con-
suelo es el que me conserva la vida que a tantos peligros puso el cuydado que
me habeis costado. Vuestra madre os pariria para el Mundo que solamente os
esperó y recibió con trabajos; pero yo despues de haberos parido para Dios y en
Jesu Christo como se explica el Apostol con los fieles en su cargo, os doy un goso
eterno, y vida sin fin, preparandoos una felicidad incomparable con la de la tie-
rra. Por ella debeis suspirar desengañado de los falsos ofrecimientos del Mundo
y siendo necesario para no perderla, purificar quanto antes la conciencia por el
Santo Sacramento de la Penitencia, no es de omitir la esencial disposicion de
satisfacer al proximo dando a cada uno lo que le es debido.
Ya en otras ocasiones os he dicho que conviene negar los oidos a todos
los que con pretexto de amistad y fines particulares quieran perder vuestra casa
con errados consejos y perversas doctrinas. Solamente las que ministra vuestro
pastor deben ser atendidas, porque, él es quien ha de dar quenta a Dios por sus
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