Page 404 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
P. 404

Volumen  4
                                                                      Conclusión de la rebelión
            de su alto Ministro un generoso perdon, convidándoles con la paz, antes que
            esgrimir contra los que obstinados prosigan, la temible espada de la justicia.
                    Aproveche Vd., Tupac-Amaru, estos apreciables instantes, de que ya
            pende, sin duda, el que viva Vd. feliz, y piense en que se le acercan por la
            parte del Chucuito unas numerosas tropas, que obrarán con mas rigor, y que
            como constituidas en distinto virreinato, principiarán á hacerlo hostilmente
            contra sus vidas y haciendas, midiendo sus acciones por las órdenes distintas
            que allá se le han dado. Piense Vd., sin tener duda, en que la inmensa bondad
            caracteristica de nuestro amabilísimo Rey y Señor le ha de mirar á Vd., y á su
            sobrino Mariano, con una piedad tan grande, que no les quede que desear:
            y enfin, para su resolucion, piense Vd. que me hallo aquí con 6,000 hombres
            armados, con fusiles los 2,000, y los restantes con lanzas, seis cañones de batir,
            municiones, pertrechos proporcionados, y aun excesivos á hacer esta columna
            la mas respetable que se ha visto en el Perú, despues de su conquista. Que la
            gente fastidiada ya de tantas incomodidades, como se le han originado con
            estos sediciosos alborotos, desean con impaciencia que se les mande embestir,
            para volver en cenizas cuantos objetos, por fuertes que sean, se presenten á su
            vista: pero nunca tema Vd. rompan el freno de la sumisa obediencia con que
            venerarán mis órdenes, hasta que positivamente sepa de Vd., ó que desprecia
            las piedades del Rey, ó rendido las admite: siendo todo amargura y dolor (para
            cuantos le imiten) en el primer caso, y todo satisfaccion y alegria en el segundo.
                    Vd. contésteme, y desde luego espero sea abrazando gustoso mi pro-
            puesta: porque, de no, haré conocer á cuantos ingratos han desechado de sí
            hasta la memoria del sacro nombre del Rey, cuanto poder tiene, y cuanto res-
            peto merecen sus siempre gloriosas armas.
                    Nuestro Señor guarde á Vd. muchos años. Campo de Cavanilla, 1º de
            Diciembre de 1781.
                                                               RAMON DE ARIAS.
            A Diego Tupac-Amaru.




            (C.A., 1º Edición, Tomo V, 1836).










                                               403
   399   400   401   402   403   404   405   406   407   408   409