Page 403 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
P. 403
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
el primario objeto de mi comision, no me queda otro que llenar, que el de ver
verificado lo mismo que Vd. ha prometido á S. E., experimentando los efectos
de este arrepentimiento, que le grangea y facilita el prémio del perdon, siendo
uno de los que no me dejarán duda de ser verdadero aquel, el que se me entre-
guen por Vd. todas las armas que tenga á su lado, sin distincion de la clase de
ellas y gentes en cuyo poder se hallen. Con esta prueba, que nunca puede ser
equivocada, gozará Vd. y cuantos estén á su lado de la prometida libertad: y si
tuviese Vd. que manifestarme otra cosa, puede hacerlo, viniéndose á este cam-
po. En la inteligencia, que le aseguro, por la vida del Rey mi Señor, no recibirá
el menor perjuicio ni ultraje, sin prohibirle (si aun todavia desconfia despues
de semejante protesta) el que venga custodiado en los términos que mejor le
parezca, no dudando que en mí hallará siempre un asilo, que corresponda á la
bondad con que el Exmo. Señor Virey ha querido á Vd. mirarle.
Una proposicion de esta clase, un partido tan ventajoso hácia Vd., pa-
rece no necesita de persuasiones para que con el mayor regocijo la abrace. Sin
embargo, persuadiéndome á que no faltará un díscolo que procure inspirar
en su ánimo especies abominables que aviven aquellos locos é infundados
designios con que Vd. ha pretendido continuar y concluir la deforme obra que
principió su hermano, José Gabriel, me ha parecido decirle, que descienda Vd.
á su corazon, lo examine bien, y hallará, por mas que le adulen sus lisongeras é
infundadas esperanzas, ser imposible dejar de mirar con desasosiego y temor
el término de ellas, que habria de ser precisamente igual al infeliz y funesto
con que acabó aquel sus dias.
Ahora es tiempo de que prolongue Vd. y haga ventajosos los suyos,
alejando para siempre de su imaginacion seducida esas débiles ideas pertur-
badoras de un reino tan ejemplar en sosiego, que han sido única causa de la
ruina de tantos miserables de sus compatriotas, y tambien de los que, sin justo
fundado motivo, vé Vd. con tanto aborrecimiento. Yo no dudo mirará con
compasion á esos, que ya llevados del afecto, ya de la fuerza, le acompañan, y
que deberán irremediablemente ser víctima de estas siempre vencedoras ar-
mas, si Vd. no procura imprimir en sus corazones con sus consejos, y prin-
cipalmente con su ejemplo, viviendo arrepentido al lugar donde vive muy de
asiento la misericordia, el respeto á que es acreedor, y se debe á un Monarca
tan poderoso, como el que hoy, imitando á la suprema deidad, olvida la mul-
titud de injurias hechas á su soberano decoro, y franquea á Vds. por medio
402