Page 392 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
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            higualmente les sirbieron de fucileros y se fueron a Azangaro, en compañia de
            Andres Noguera, o Tupaamaro, siendo estos y los Negros referidos arriba, y el
            Mulato que ahora se aprendido a su lado los que tenia uniformados de Vaieta,
            amarilla, y buelta encarnada que aunque fueron de su estimacion los ecle-
            siasticos don Ysidro Escobar, Don Julian Bustillos y el cura de Guarina Don
            Caietano Torres, estos ni otros nunca le aconsejaron ni dijeron nada acerca de
            la sedicion pues solo asistian a la gente con misa y administrando sacramen-
            tos sin que tampoco tubiese correspondencia con los eclesiasticos vecinos y
            moradores de la ciudad europeos ni criollos que no conose ni ha comunicado
            directa ni indirectamente por si ni por ynterposita y sin que sepa dar razon de
            la carta a su nombre escrita a Don Xavier Pacheco a quien tampoco conose e
            ygnora haver escrito, que solo al Inga Miguel, le oyo decir que ya tenia amistad
            con un caballero de la ciudad manifestando al confesante una carta con unos
            quadernillos de papel blanco de regalo para zigarros y diciendole uno que sa-
            lia de caballo blanco, o tordillo fuera de trincheras nombrado Palacios, quien
            confabulaba y secretaba con el casique de Viacha Alejo de quien le aseguro
            el dicho Miguel solicitaba salirse al campo de los rebeldes dando el arbitrio
            de que pusiera un mercado de Viveres, para que pudiesen salir de la ciudad
            a comprarlos y perdonarse mutuamente con este motibo sobre cuio particu-
            lar se remite a lo que sabe el dicho Miguel. Y aunque en la ocacion de dicho
            Mercado, se apresaron los de la ciudad de ambos sexos, y niños dieron suelta
            a las mugeres las boluntarias, y las de buen parezer y retenido los hombres
            para soldados, y engrosar sus fuerzas devilitando así las de la ciudad, que en
            las haziendas de Tirada, Millocatu, y Guaricana del rio abajo deben existir los
            negros sino los mataron los yndios, con los quales administraron de sus frutos
            y dinero de su producto como de todas las demas corrio alli el Yndio Rafael
            Mamani de Cooni quien devera dar razon de todas ellas, y de aquellos Negros
            que no ocupó jamas y esta surtido de muchos caudales y vienes urtados, y del
            ymporte de los vinos de Millocato que acarreo a su pueblo y deve reponer.
            Que quando recivió una carta de Amonestazion escrita por su señoria estubo
            embargado por la muerte del religioso Barriga de San Francisco, de cuio con-
            texto no se enteró pues la dió a su amanuense Thomas, ya difunto, y saqueado
            en olbido que antes vien clamaban por la cerca de San Francisco para que el
            Ylustrisimo Señor Obispo y su Señoría saliesen fuera de la ciudad a quienes
            deseaban oyr las comunidades de yndios para componerse y sosegarse, que el
            confesante no puso Aranceles de Curas como se le pregunta y que solamente



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