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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
funcion del referido dia 11 del corriente que duró desde las 10 de la mañana
hasta las 6 de la tarde en que acometieron esta villa 180 Yndios comandados
por Ramon Ponce teniente General de los Exercitos de Tupac Amaro, y los
Coroneles Pedro Bargas, y Andres Yngaricona que servian bajo las ordenes de
aquel Mestizo.
El numero fijo de los muertos de parte de los enemigos no ha podido
averigurase con certidumbre, por el cuidado de los Indios en ocultar sus ca-
daveres, pero contemplando el fuego vivo y continuado que se les hizo, es me-
nester persuadirse que fueron muchos, y mayor el numero de los heridos. De
los nuestros salió herido el Gobernador de Chucuyto de una bala de fusil que
le atravesó el Muslo izquierdo en la accion que estuvo al pié del cerro referido
Queroni en que yo me habia retirado para reparar con tiempo la dislocacion
del pie izquierdo y me causó un grande golpe que recivi del Cavallo quando
pasaba de un lado a otro para distribuir las ordenes convenientes: cuyo inci-
dente apesar del dolor y la incomodidad q’ me ocasionaba esta desgracia, me
obligo a tomar segunda ves el cavallo para concluir la funcion, como se logro
felizmente. Entre los demas Oficiales y Soldados huvo varios heridos, entre
ellos algunos de cuidado. La Artillería manejada con actividad por el Teniente
Coronel de Lampa Dn. Francisco Vicenti, Dn. Antonio Urbina, y Dn. Xavier
Martin de Esquiros causo los efectos que podian aguardarse, porque la esca-
brosa situacion de las Montañas, inutiliza la destreza de los que la goberna-
ron y no obstante sirvio de mucho para amedrentar los Yndios que huian al
acercarse, y acometer con la confianza que podia inspirarles su multitud. Las
fuerzas con que las resistimos consistian unicamente en 180 bocas de fuego,
ya fusiles, ya escopetas: quatro cañones pequeños de Artilleria: 254 Cavallos
con Lanzas: lanceros de a pie hasta 647: honderos 276: Artilleros 44: cuyo
total numero de 1401 hombres parecia insuficiente, y lo es con efecto para
batallar con aquel enjambre de barbaros en campo abierto que le permitie-
se rodearnos por todas partes, por cuya prudente consideracion tuvimos por
mas conveniente y seguro el defendernos al abrigo de las trincheras, y fosos
que nos resguardaban; y de esta suerte prosperando el Cielo nuestros celosos
designios en servicio del Rey, y del estado, pudimos rechazarla de modo que
aquella presente noche abandonaron el sitio, y retrocedieron la mayor parte,
quedando solo un trozo que con estratagema manifiesta pudiese dar lugar a la
retirada de los otros. Sin embargo de lo qual se apostaron los Centinelas, y se
distribuyeron los Piquetes necesarios para que estando vigilantes y con todo
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