Page 274 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
P. 274

Volumen  4
                                                                      Conclusión de la rebelión
            labrada. No solo recibieron ese daño, sino que no dejaron los enemigos ni
            umbral de puertas ni rancho que no quemaron
                    El sitio riguroso de esta infeliz ciudad empeso desde el dia 14 de mar-
            zo, rodeandola por todas partes como mas de 20.000 indios segun unos; y de
            16 a 18.000 segun otros. Estos eran mandados por un Julian Apaza y que en el
            dia se titulaba Tupac Catari. En medio de ser este indio de un bajo nacimiento
            ha sabido engañar de tal modo a éstos indios que gustosos se entregan a la
            muerte porque estan persuadidos que al quinto dia han de ser resucitados
            por su Rey Tupac Amaru. Estos pícaros han ejecutado cuantas atrocidades
            y crueldades se pueden imaginar. De quatro partes de que se componia esta
            ciudad apenas ha quedo en pié una que las tres partes han sido reducidas a
            cenizas; y a no haberse construido trincheras en la plaza de la ciudad ya estu-
            vieramos olvidados todos, porque todo el empeño de los indios ha sido y aun
            permanecen todavia en esta idea de quemarnos entre las cenizas, a cuyo fin no
            han dado muchos y sangrientos avances de dia y noche.
                    Muy bien nos hizo el Comandante Segurola con tener la tropa bien disci-
            plinada y pronta para cualquier avance nocturno del enemigo, pues en dos diver-
            sas noches que antes del sitio toco alarma falsa, concurrieron con tanta brevedad,
            que al primer cañonazo se hallaron los fuertes ocupados por las tropas de la guar-
            nicion y vecindario, que todos asistieron con tan buena gana que ninguno faltó.
            Con igual voluntad concurrieron también con donativo gracioso para ocurrir a
            las necesidades de la presente guerra.
                    Habiéndose observado en Chuquisaca que desde principio de marzo no
            habia noticia de esta ciudad, determinó aquella Audiencia a principios de junio
            auxiliarla con 500 hombres, quienes trahian 300 fusiles y 4 pedreros. Llegaron
            estos al Pueblo de Sicasica que dista de aquí 25 leguas muy cansados por haber
            trasnochado las noches anteriores y viendo que no parecian los indios algunos
            se echaron a dormir, y otros a robar desamparando las armas sin poner un cen-
            tinela. En este momento cayó repentinamente sobre ellos el Virrey Julian Apaza,
            alias Tupac Catari con 11.000 indios y los degolló; se apoderó de todas las armas
            y se condujo a este alto con las cabezas de todos los muertos y gritaban los indios:
            ya con vuestro auxilio cargaron los diablos. Buen consuelo para los que estaban
            tres meses acediados sin tener ya como poder resistir. A esto se agrega que los
            ciudadanos en una salida que hicieron perdieron 4 pedreros y mucha fusilería, y
            con todos estos pertrechos iban batiendo el enemigo la ciudad fuertemente de tal
            modo que no podía andar uno por la calle, porque corrian balazos que ni granizo.



                                               273
   269   270   271   272   273   274   275   276   277   278   279