Page 767 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            apodera del Reyno, dificultando el remedio aun entre las tantas expresadas
            diligencias, y celosas providencias. Horror causa repasar por la memoria lo
            que en tan breve tiempo se ha recopilado de Rebelionees y desastres: quando a
            un mismo paso alzaron la insolente voz la Provincia de Chayanta al comando
            de Tomas Catari, y la de Tinta bajo la de Josef Tupac Amaru. Estos dos teatros
            ofrecen a la posteridad los mas tragicos sucesos, y atormentan el recuerdo con
            horribles ideas; pero que puede causar novedad si Tupac Amaru es un Rebelde
            que aspira a lo mas sagrado de la Diadema, y Catari a fomentar este Sacrilego
            proyecto? y por esto es que la muerte de este no hizo otra cosa que producir
            en sus hermanos Damaso y Nicolas Catari nuevas ideas quienes arbolasen
            Vanderas contra el Estado para echar por los suelos la Justicia, y combocar por
            aquellas iniquidades que fueron preludios para volver al antiguo libertinage e
            irreligion. Demasiado frescas son estas memorias para que discurra el Fiscal
            individualizarlas, creyendo a alguno ignorante de ellas. Se cubre el animo de
            dolor la insolencia a que se han propasado los Yndios. Una gente abatida por
            naturaleza ha suspendido el espiritu a no temer atropellar por el Sacerdocio,
            por sus Parrocos, por el Santuario, y por lo Sagrado. Las vidas han sido devo-
            radas a sus manos, como si tuvieran arbitrio de ellas. El Corregidor que no ha
            profugado ha sido victima de sus venganzas. Se han cubierto de luto los Lu-
            gares. Todos los Españoles que escaparon del cuchillo han andado errantes de
            su Patria, desemparados de sus hijos y mugeres, y saqueadas sus Casas. Cho-
            rreando sangre estan el asalto al Mineral de Aullagas, la muerte de muchos
            Caciques que no siguieron este partido, la del Justicia mayor Dn. Juan Antonio
            de Acuña y la de su Comitiva, y tanto lo que ocurre al comun lamento que
            quasi no se dara Pueblo que no haya tenido su plaga, y la pluma tropieza en las
            especies que se presentan de tantos sucesos, y todos con el horror de muertes
            crueles y robos: de suerte que el Fiscal seria interminable en su respuesta, si
            quisiese formar un Diario desde que principiaron los movimientos. Pero no
            es de omitir la audacia de dichos Cataris que acopiando toda la gente que su
            maligna industria con la amenaza, y el engaño se pudo atraer, formaron el
            designio de asaltar esta Ciudad, vivos imitadores del Rebelde Tupac Amaru,
            que al mismo tiempo acometía al Cuzco; en ambos era uno el Proyecto y for-
            midables las consequencias. Mas quando es que el Fiscal podra indicar con
            puntualidad el estrecha de esta Carta, el bloqueo de mas de nueve dias en que
            la tuvieron, sus desvelos y desasosiegos, sus escaceses de viveres, el sobresalto
            de sus Moradores el incesante movimiento de Milicias, los continuos rebatos,



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