Page 319 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            con solo once Provincias de gente armada, no es poca para la que en el recide:
            pues la causa de mantenerse hasta aora dicha Ciudad en pie, es porque obro
            como Christiano, procurando con piedad, haciendo porque no dexen asolada
            la Ciudad, y en ella los Conventos, Monasterios, Monjas, Mugeres y Criaturas
            y tambien porque dexando esto en este estado me partí a buscar a Vms. que
            me decian venian en mi solicitud por Carta que me mandaron mis Espias y
            Centinelas que tengo en estos Lugares.
                    El Sr. Obispo de la Ciudad del Cuzco es cierto que mal informado e
            inquieto su animo se ha compuesto con sus Colegiales alistandolos para la
            Guerra; pero todo eso creera V. que no tiene subsistencias, sino mucho miedo
            de los Ladrones Chapetones que lo han obligado.
                    Me es preciso hacerle a V. una breve insinuacion de mi Empresa, la que
            solamente se dirige a quitar los abusos, malas costumbres y latrocinios q’ se
            han experimentado por los que han gobernado en este Reyno: en principal los
            Corregidores que reparten sus efectos en precios duplicados, y llevarse cada
            uno de ellos 50,000 pesos y mas de cada Provincia aniquilando de plano a los
            miserables criollos, sin dexarlos pedir a Dios, ni encomendarsele en la Misa,
            ni Doctrina Christiana, ni ningun acto de fe, sino toda la vida apurados por
            la cobranza, sin otro Dios que el Corregidor procurando darle todo gusto; y si
            en algo faltan, el miedo los hace huir a los Chunchos, dexando a sus Mugeres y
            familias a vivir con ellos, y hacerse en sus costumbres. Ygualmente la Aduana
            y Alcabala que perjudicaba a todo el Universo, dexando los haberes aun sin
            el principal: y ultimamente la Mita de Potosi tan perjudicial que nunca los
            Yndios volvian a sus Pueblos.
                    Con apercibimiento de lo que he referido, que aunque podra insinuar-
            lo a la Junta de Guerra de esa Ciudad para su gobierno, he celebrado saber
            esten prontos con su tropa arreglada. Lo que encargo es sea bien gruesa, y que
            asi se una con la de Lima, la de la Costa, aunque discurro que para mis fuerzas
            era necesario reduplicar las armas a las que podran caber en estos Paises por-
            que conozco con individualidad que Dios quiere la conservacion de mi arre-
            glo, pues qualesquiera que han pretendido ir contra mis armas, se han perdido
            enteramente, sin poner de mi parte medio alguno para su efecto. Vms. se fian
            mucho en los de Lima: yo he estado en esa Audiencia y tengo observado que
            estos son buenos para matar semitas, y engullir mazamorras; que tambien
            en el Cuzco salió una tropa de ellas a quererla entablar con los mios, mas
            perdieron las vidas en un momento. Solo si son buenos los de aquella Junta



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