Page 323 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
P. 323
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
A mi Señora Doña Micaela Túpac Amaru.- Muy Señora mía y de toda
mi veneración, salud y todo gusto le desea mi afecto.
Señora, remito a ese portador que vino anoche, y como causaba algu-
na sospecha lo aseguramos para remitirlo.
Dios guarde a Vuestra Merced muchos años, y me mande en todo.
Francisca Herrera.
§
Señora Doña Micaela Bastidas.- Muy Señora mía de mi mayor vene-
ración. Solicita mi rendimiento que la salud de Vuestra Merced se continúe
por muchos años en la muy amable compañía de toda su ilustre familia, y la
que gozo queda buena para servirle en cuanto valiere mi inutilidad como su
mínimo criado.
Mi Señora, todos los que han venido con mentiras de Francisco To-
rres faltan a la verdad; si yo no hiciera bien su mandato, como dicen ellos,
que yo despachara primero al dicho mozo preso como su segundo de Vuestra
Merced, y como lo ha hecho bien todos los mandatos de Vuestra Merced, con
empeño sin socavar nada, lo tienen entre dientes hasta a mí me han enseñado
Gurpide y el Juez que yo le enrede al mozo Don Francisco Torres, sin saber
nada de sus maldades cómo le he de avisar a Vuestra Merced; sólo esto es tema
y mala voluntad que han tenido al dicho mozo.
También he hecho las averiguaciones si ha hecho alguna maldad, no
ha habido ninguno que declare nada. Como le digo a mi Señora, esto es abo-
rrecimiento que tienen al dicho mozo.
En el embargo de Sanca yo no le he visto nada; eso pueden declarar el
Alcalde y Sequeda para eso los despacho a los dos. No ofreciéndose otra cosa
quedo rogando a Nuestro Señor me la guarde muchos años.- Corma y Enero
27 de 1781.- Besa la mano de Vuestra Merced su seguro servidor.- Miguel Ni-
naco su segundo.
§
Mi Señora Doña Micaela Bastidas.- Mi Señora de toda mi veneración.
Habiendo llegado a este Velille me encontré con la novedad de que los del
pueblo de Capamarca, acompañados con los de la provincia de Chilques están
rebelados contra nuestras armas; y de pronto, hoy Domingo 28 del corriente,
322