Page 316 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
Señor Gobernador Don José Gabriel Túpac Amaru.- Hijo de mi cora-
zón, de todo mi aprecio: Antes que recibiese la de Vuestra Merced ya se había
dado auxilio de tropa y armas a nuestro Don Diego (Túpac Amaru) que se
halla en Lauramarca y se le han unido ya los de Carabaya, por lo que insiste
en volver sobre Paucartambo, y de lo que ocurriese se dará parte a Vuestra
Merced, a quien prevengo que por acá no hay novedad, aunque sí bastantes
amenazas del Cuzco.
He retenido aquí dos eclesiásticos, acabados de llegar del Cuzco, quie-
nes expresan que aquella tropa se va disipando por falta de sueldos y que las
deserciones son continuadas.
Que cuando la retirada nuestra de Piccho estuvo la gente común para
pasarse toda a nuestra banda toda ella, pero que los sermones de varios ecle-
siásticos lo impidieron; y que el Obispo esa misma tarde estuvo en su silla de
manos para subir y hablar con Vuestra Merced, pero que también se lo emba-
razaron con el pretexto de que podía matarle una bala; que a su Ilustrísima le
habían metido y hecho creer innumerables falsedades contra Vuestra Merced
y que Vuestra Merced, iba con ánimo de destruir enteramente la Ciudad y sus
moradores, por lo que se mandó que todo eclesiástico tomase armas y que las
monjas desamparasen las clausuras.
Que los Embajadores primeros y segundos se les dieron varias Au-
diencias para la decisión de la guerra, pero que algunas personas de capricho
no asintieron a ella; los tres embajadores, y en particular el Padre franciscano,
hablaron a la Junta (de Guerra) con bastante claridad sobre el presente caso,
de modo que el Señor Obispo ya no cree nada contra Vuestra Merced de aque-
llas crueldades que le habían figurado; pues hasta le aseguraron que Vuestra
Merced miraba las cosas de Religión con mucho desprecio, y otras cosas bien
ridículas que causan risa.
Estos dos eclesiásticos pasan a Asillo y Ururillo en calidad de Coadju-
tores según sus nombramientos, y creo no prediquen como han hecho otros
según manifiestan.
Excusáronse a venir con este destino temerosos de la muerte, pero el
Señor Obispo les prometió en nombre de Vuestra Merced seguro pasaje, y no
obstante los retengo hasta que Vuestra Merced resuelva su paso.
Aquí estamos haciendo los preparativos de armas y municiones de
guerra correspondientes, porque sin embargo de estas noticias no debemos
descuidar asunto tan grave, hasta concluirlo enteramente, y sólo se espera a
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