Page 290 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
al indio, le han quitado muchas mulas, y algunas cargas, caballos y borricos,
hasta su cama: tan empeñados, que hasta Puquin lo siguieron, haciendolo re-
troceder por este camino, y en el empeño, me acaban de decir, revolvieron
contra ellos los alzado, viendo la osadia de que solo 300, ó 450 arreaban á mas
de 4,000 de ellos.
Se presume que vá á lo de su muger, á traer el auxilio que dejó en Yana-
cocha: pero ya van tras él 400 de Paruro; y en fin, creo que parará en tragedia:
debiéndose todo á la Providencia, pues no hay uno que mande formalmente
en los combates y pueda precaver los peligros, que así seria menos nuestra
pérdida y mayores los triunfos: y ayer lunes, hasta las 6 de la tarde, con solo
piedras le estuvieron haciendo frente los nuestros, aunque los contrarios te-
nian algunas armas de fuego.
La plaza del Cuzco ya está bien guardada, con todas las armas, y 600
fusiles, y otros tantos chafarotes que nos han llegado de Lima; y los caudales
se han puesto en la Compañia, que está segura, y la custodian los dueños.
El comandante que traen los mulatos de Lima, es Avilés. Al Visitador
se le espera por Arequipa dentro de doce dias, con mas de mil hombres. Esta
tarde acaba de zafarse Figueroa de la tropa de Tupac-Amaru, y la artilleria de
este ya queda por nuestra. A la llegada del Visitador habrá bien que hacer por
el mal gobierno que han tenido los de la Junta formada para la defensa.
Aquí, mejor que los mulatos, lo hacen algunos frailes y clérigos con
sus fusiles, y estos quedan alistados con los viejos, y han estado aprendiendo
los movimientos de la milicia sobre mes y medio, en el palacio y Colegio de
Nuestro Padre, que hoy queda de cuartel de los indios de Oropesa.
El Dean, el dia de Santo Tomas, tenia prevenido su caballo para ir á
San Francisco á la adoracion de la Bula: luego que oyó decir que habia indios
por los cerros, se vistió de militar, y muy bien armado salió por las calles en
busca de sus soldados los clérigos; y se acabó con esto la procesion, que ya
estaba empezando, y en este mismo instante se presentó con esta compañia
del modo posible á las 11 del dia, sin mas prevencion que hacerles quitar los
capotes, y ponerles los sombreros á tres picos para manejar las armas.
(C. A., la. edición, Tomo V)
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