Page 27 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Retirose despues el traydor prontamente a su Casa que tenia en el Anexo
nombrado tungasuca, y haviendo dado sus ordenes, bolvio a la media noche a
llevar los Presos y encarcelarlos en la dicha su Casa. Puso al Corregidor cargado
de prisiones en uno de los calabozos subterraneos, y al Escribiente en otro: como
también a los demas esclavos. Hizo que el Amanuense escribiera varias cartas y
Combocatorias que mandó firmar al Corregidor ya para su Cajero principal Dn.
Manuel San Roque: ya para los que se denominan españoles en estas Provincias:
y ya para otros Sugetos de cuyas personas y caudales queria aprovecharse. En
Efecto la Carta del Cajero se reducia a darle orden de que luego y sin mas leve
demora se viniese a Tungasuca con toda la plata sellada y labrada: armas de fue-
go, y blancas, porque asi convenia al servicio del Rey, para cuyo fin le despacha-
ba a su Compadre con las mulas necesarias. En las Combocatorias conminaba
pena de la vida a quantos no se presentasen con sus armas en Tungasuca. A Don
Bernardo de la Madrid, y al Gallego Dn. Juan de Figueroa, el primero obragero
de Pomacanchi, y el segundo de Quipococha les escribió de esta manera:
Estimado Amigo: precisa el que Vmd. se ponga en camino para este pueblo
de Tungasuca luego que vea esta, pues tenemos varios asuntos que hablar esta no-
che, y desde aqui pienzo pasar al Cuzco a vindicar mi honor. Deseo a Vmd. muy
perfecta salud, y que Dios se la guarde muchos años. Tungasuca 5 de Noviembre
de 1780. De Vmd. su afecto Amigo - Arriaga.
Despachadas estas cartas y las combocatorias despues de la una de la no-
che del citado dia, dispuso Tupac Amaru dos pearas de mulas, y a la misma ora
marcho con ellas llevando el mismo la Carta al Caxero, quien reconociendo la letra
y firma del Corregidor y ser el Cacique su Compadre que la conducia no tubo en
que dudar. Cargó el traydor con veinte y dos mil pesos en dinero, la plata labrada,
noventa fusiles, y dos Caxones de Sable de la Provincia, y las armas peculiares del
dicho Corregidor y acompañado de los familiares de éste a quien dixo que tambien
los llamaba, caminó para Tungasuca sin detencion, y luego que llegaron los puso en
prision, haciendo lo mismo con Dn. Bernardo de la Madrid y con el Gallego Dn.
Juan de Figueroa.
Observose tal silencio en todos estos hechos que nadie sabia la situacion del
Corregidor. Se decia a unos que havia caminado a los Pueblos altos de la Provincia,
y a otros que estaba actuando en Tungasuca ciertas diligencias de importancia que
lo negaban a toda otra atencion. Tubo buen cuidado de poner espias en todas las
entradas al Cuzco para que ninguno de la Provincia pudiese dar noticia de lo que
pasaba en Tungasuca.
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