Page 124 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
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            no savia, ni el principio de la oracion con que se pone, y se le fue diciendo palabra
            por palabra, y lo mismo ignoró en todas las restantes oraciones de todas las vestidu-
            ras que de ninguna supo ni su principio, medios, ni fin, y se le fueron diciendo pala-
            bra por palabra. Y en quanto al orden de ponerse las vestimentas, solo cambio, po-
            niendose primero la Estola, que el Manipulo, aunque en esto le disculpamos, por que
            todo lo estava haciendo, con temblor de piernas, y brazos. Itt. notamos, que yendo
            con el Caliz al Altar, se llegó hasta el Altar, sin hacer apartado de el, ninguna inclina-
            cion, y que inmediatamente sacó los Corporales, dexando la bolsa ásu mano dere-
            cha, y que hauiendolos estendido, descubrio el Caliz, y dobló el paño a la izquierda,
            y coloco el Caliz descubierto sobre el Corporal, passó á ver el misal, y de el se vino,
            como retrocediendo al lugar de la grada, sin llegar primero al medio del Altar, y que
            empesó inclinando el cuerpo el in nomine Patris, y en la misma postura, todo lo
            restante del Psalmo mal pronunciado, y atropellado, y en el mismo modo, y postura
            el confiteor Deo, y assi inclinado estuvo esperando, que lo repitiese el que hacia de
            Ministro, y acabando este, no supo el dicho Marcano, que mas huviese de decir, y se
            le Sujirio dixese Deustu conversus et. ra y en esto fue todo vn enredo lo que dixo y
            desde allí (sin hir al medio del Altar) se encamino al zesgo al misal, y aunque se le
            detuvo y dixo fuese primero al medio, y fue pero no Supo á que, y se estuvo parado
            diciendo que estaba olvidado, y aunque se le dixo, dixese Oramisté Domine, ni lo
            dixo, ni se inclino alli, y solo decir que estaba de la Cabeza perturbada, y que lo
            dexasen que el lo haría todo, y desde entonces se le dexo hacer, lo que el supiese, y
            empeso por el Missal el introito sin Santiguarse, y acabado prosiguio la oracion de
            San Pedro (sin Kiries ni Gloria, ni excelsis) luego la Epistola con las manos en alto,
            como para la oracion, y acavada prosiguio el Gradual igualmente, y mudandole el
            Missal se fue al medio, y sin decir, ni hacer alli nada, se fue al Evangelio, y sin signa-
            ciones, lo leyó, y al fin hizo vna cruzesita en él, y alzó el missal con atril juntamente,
            y besó el Evangelio, sin decir nada: luego fue al medio y tomó la Patena, con hostia
            de papel, y estuvo leyendo en el missal, la oracion secreta, y luego dexo la Patena, con
            hostia en medio del Corporal, y tomó el Caliz, y sin vendicion de agua, toma las
            gotas, con la Cucharita, y hizo su ofertorio, rezando ininteligible, y coloco el Caliz
            que nunca le tapó, y en este estado pidio en que sentarse, y se le puso vna silleta, y allí
            estuvo quasi medio quarto de hora, ponderando su devilidad de Cabeza, y se le faci-
            litó todo, por que descanzase del continuo temblor que se le experimentava de pier-
            nas, y brazos, y al fin de esto se levantó, y traxo el Missal, y se sentó con nosotros,
            diciendo que queria recapacitarse, y que lo dexasen Socegar, que el lo haria todo; y
            recorrio la Missa de San Pedro, reconociendo todo lo particular de ella; luego reco-



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