Page 711 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
constantemente las artificiosas pretensiones que se hicieron para aprovechar-
se de sus caudales.
No obstante, quedaban éstos expuestos si no se cerraba la puerta al
desórden, arrancando la raíz que lo producia, y siendo ésta la de aquella erra-
da inteligencia con que todos los miembros se consideraban dueños del fondo
y acreedores á su mayor parte, puse todo mi conato en reducirlos á un conve-
nio que cortase de un solo golpe tantas diferencias y autos como ya se seguian,
con bastante contrariedad de dictámenes, en la Real Audiencia de la Plata, en
el superior gobierno de Lima, y áun en el mismo Supremo Consejo, y logré
esta dichosa empresa por medio de la incorporacion de aquel fondo y su giro
á la corona, que se verificó en 9 de Agosto de 79, repartiendo á los mineros
en dinero 272,463 pesos, á más de las deudas antiguas y modernas que se les
perdonaron, y el Rey recibió 647.196 pesos efectivos que áun quedaron, y se
hizo dueño de la negociacion, adquiriendo, á más de aquella cuantiosa suma,
un nuevo ramo de Real Hacienda, que nunca baja de 30.000 pesos anuales.
Este servicio, que siempre me lisonjearé haber sido uno de los mayo-
res con que he podido corresponder á las confianzas que S. M. se ha dignado
poner á mi cuidado, me empeñé en trabajar el reglamento y ordenanzas, que
segun su complicado giro, debian gobernar la nueva oficina de Real Hacienda,
y á costa de bien prolijas meditaciones vencí la dificultad, y extendí las reglas
que consideré oportunas, describiendo las obligaciones de los ministros, el
método y seguridades del rescate y de los auxilios que debian franquearse á
los mineros, el orden de las cuentas, libros y documentos con que ha de justi-
ficarse su manejo, y agregando los ejemplares ó modelos que formé, continúa
aquella oficina con la claridad y exactitud que quizá no tiene otra alguna de
todo el reino.
Como todo el objeto del Banco y el que tuve en su incorporacion fué
siempre el dar fomento á los mineros, sin contar ahora el que repetidamente
les proporcioné en varios auxilios y contratas que á su favor hice, recordaré
solamente la gran empresa del socavon de aquel famoso cerro, que reducida á
opiniones se habia entorpecido por tantos años, y en el de 79 empezó con las
reglas que para su economía y buen gobierno dicté, y dejé la obra bien avanza-
da, y despues he tenido el gusto de que los facultativos que por órden de S. M.
nombró el Virey de Buenos Aires para reconocerla no la hayan desaprobado,
hallando justas las medidas con se empezó, y creo está prosiguiendo con una
moderada parte de la ganancia anual del Banco, que basta para sostenerla.
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