Page 68 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
                                                             Representación de la ciudad del Cuzco
            bautismo (por las que les piden derechos los curas, de que no hay necesidad
            ni de tal papel), si los visitadores, como está mandado, tuviesen á la vista los
            libros de bautismo, que no lo hacen por desidia, y por esto mismo los más de
            los curatos se hallan sin los tales libros, ni de entierros ni de casamientos, y
            en los otros sus propios papeles, y posicion de no pagar tributos, pero nada
            consiguen mientras no lo vence la contribucion.
                    60.  Aquí resulta el daño que les hacen los corregidores en el descuido
            de que no tengan los pueblos cajas de comunidad que tanto encarga en las
            ordenanzas del reino, pues si las hubiese, saldrian de ellas aquéllos y otros
            semejantes gastos, y no se librarian, como ahora, comisiones de jueces revi-
            sitadores, sin asignacion de salarios, ni otra paga á ellos, y los ministros que
            éstos llevan por la granjería de sus tiránicas ejecuciones, pues impuesto de
            ellas el Virey, Conde de Superunda, mandó se diesen estas comisiones á sólo
            los corregidores, para que como en cumplimiento de su obligacion, circulan-
            do sus provincias, y con el conocimiento que de ellas tendrian, se hiciesen
            las revisitas, sin pensionar á los indios ni Real Hacienda, porque D. Gregario
            de Viana, uno de los de esta representacion, dijo á aquel Virey la de que en
            la provincia que servia, y actuó la revisita de ella, halló y calificó que un juez
            particular de la revisita, en tiempos pasados, y á quien le señalaron el salario,
            conforme al aumento que sacase de los indios, habia cometido muchos des-
            órdenes; y porque fuese excesivo el aumento y alegar mucho mérito, numeró
            dicho revisita dor á unos mismos indios en dos y tres pueblos, no precedien-
            do más diligencia, que verlos pasar ó encontrarlos en el camino, sin que les
            bastase el decir que ya los habian numerado en su pueblo, y confesar ser fo-
            rasteros el cacique de aquel adonde segunda vez los sentaba, expresándole se
            cargaría de tributo que nunca podria cobrar, así por la no residencia del indio
            en aquel lugar, como porque su legítimo cacique no le permitiría tal cobranza,
            áun cuando fuese á hacerla al pueblo de donde era el indio; pero llegó á más
            exceso, porque transitando por aquella provincia muchos indios de otras al
            santuario de Cochangas, á todos cuantos de éstos encontraba, los numeraba
            como originarios, sin embargo de la repugnancia del cacique, por el injusto
            cargo que precisamente le vendria, conociéndose incapaz de satisfacerlos por
            aquel supuesto aumento, de que resultó que aprobada la revisita, quebrasen
            todos los caciques, y quedase debiendo el corregidor más de 30.000 pesos, sin
            embargo de que se remataron todos los bienes de los caciques, y se pusieron
            en contribucion de pagar tributo todas las viudas, y precisados varios indios á



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