Page 202 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
P. 202
Volumen 1
Relación de la fundación de la Real Audiencia del Cuzco en 1788
vez algun punto de Fisica que amenize la narracion, ó de critica que no punze;
y sin llegar a la moralidad de las costumbres,que no es de mi resorte, hay tal
qual invectiva contra aquellos dislates, que combaten a la juiciosidad. Si acaso
para los Sabios no fueren de agrado estas, y las referidas especies, dexenlas
alli para los que no lo son; para los que no leen los Libros en que ellos se ins-
truyen; para los que no tienen presente todo lo que han leido; y para los de
menores luces. Con estos me entiendo; y no ofresco mi Escrito al sobrecejo.
Sé que aún en este tan ilustrado, como delicado siglo, no se desprecian
esas obras que abundan de esta provision, como la aptitud, y la oportuna dis-
tribucion, las ponga a cubierto de la enfadosa nota de Rapsodias. Creere que
mi Escrito meresca esta dura nota, quando se me haga ver que las que trahigo,
no tienen afinidad alguna con el texido de la Relacion: que estan destituidas
de toda reflexion propia; y que no tienen mas enlaze que el de una acinacion
fastidiosa.
Ya ha dicho Bayle que las especies de otros Eruditos, pueden enri-
quecer las propias como sean aptas las aplicaciones, se traben con artificio
los pensamientos que se adoptan, se cotejen y comparen unos con otros se
concilien, se esclarescan, se ministren sin confusion, obscuridad, desgreño, ni
desorden. Mui lexos esta el Plagio de ser conocido a este aspecto. Se sabe que
solo lo hay, quando no se promueve la especie que se aprovecha, quando se
oculta la vertiente en que se bebió y quando no se corona con agradecimiento
la fuente.
Es sin duda mas estimable publicar obras de esta clase, que no dar a
luz sino los pensamientos propios. Estos sino son muy originales, ó mui su-
blimes, quedan en esta esclarecida edad, en grado mui inferior a los que nos
han producido y exhibido otros sabios. No hay menor talento en aplicar bien
un pensamiento ageno, que en producir uno propio. La produccion primera
se ha comparado ya al acto de la generacion; el arte de aplicarlo, es como la
resurreccion.
Despues de todo el que se resuelve á escribir, es preciso que tenga en-
tendido, (como nos lo previene el discreto caballero Jaucourt) que no hay obra
segura contra la amarga disposicion de los Lectores. No se buscan en las obras
sino defectos, fáciles de hallar, en la ninguna inmunidad concedida a los hom-
bres, del error. Si la casualidad ofrece en una obra bellas ideas a los Lectores,
no se tiene por ellas, la condescendencia de perdonar algunos deslizes. Los
de imaginacion fuerte creen hallar pequeñez es en todo lo que no excede la
201