Page 296 - José de la Riva Aguero - Vol-2
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Volumen 2
Documentos varios
Dudando el que representa de que fuese licito este
ultimo escandalo, ofició al Señor Soria, y su contesto que
original acompaña igualmente, quita toda duda y mues-
tra el descaro con que se insultan las leyes y se infringen
los derechos. Para precaver en lo pocible los efectos de
esta hostilidad tan manifiesta recurre el que habla á esa
Camara para que teniendo por presentado el oficio ori-
ginal que le contestó el Señor Soria, y los dos en copia
que este Señor dirijió al Presidente y tribunal de la Corte
Suprema, se sirva la Camara tener presente estas ocu-
rrencias posteriores, y que agregandose este escrito al
recurso que tiene interpuesto, obre todo en la resolución
que se digne expedir acerca de este asunto. Por todo lo
que Al Congreso por la Camara de Diputados pide que
teniendo por presentados los documentos de que hace
mencion, se sirva dictar las providencias correspondien-
tes, por ser de justicia. Lima 27 de Septiembre de 1832
Señor Joseph de la Riva Agüero
Señor Presidente de la Corte Suprema don Manuel Lorenzo Vidaurre.
Lima 12 de Septiembre de 1832 = Señor = Como Procurador del Señor Gran
Mariscal don José dela Riva Aguero, se me há ordenado por este Señor que
haga a Vuestra Señoria presente que en atencion á las ocurrencias acaecidas en
el juicio solicitado por el Señor referido, espera que Vuestra Señoria se escuse
de entender en él. Al ponerlo en concideracion de Vuestra Señoria cumplo
con lo ordenado por el Señor mi parte que cree, que la delicadeza, é imparcia-
lidad en los juicios lo exige asi = Besa la mano de Vuestra Señoria su atento
servidor. Juan Guarda.
Lima y Septiembre 13 de 1832. Excelentísimo Señor. En uno de los
papeles publicados por mi, en contestacion á los de don José de la Riva Agüero
dije, que no seria ni fiscal, ni Juez en su causa. El debio descansar en mi pala-
bra. Me conocen hacen ya muchos años, y sabe que soy honrado por caracter.
Sin embargo él Procurador me ha remitido la adjunta Carta en clase de Juez;
Vuestra Excelencia presencia de continuo mi escrupulosidad. No solo me se-
paro voluntariamente de muchos negocios, ni ser recusado, ni reconvenido,
consultando unicamente la natural desconfianza de los litigantes, sino que ni
oygo las votaciones ni procuro imponerme en ellas. En alguno muy reciente
aun deje de asistir al Tribunal, mientras se concluyó. No puede haber infamia
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