Page 280 - José de la Riva Aguero - Vol-2
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Volumen 2
                                                                          Documentos varios
                    Señor Presidente de la Corte Suprema Doctor Manuel
                    Lorenzo Vidaurre.
                    Lima 12 de Septiembre de 1832.
                    Señor
                    Como Procurador del Señor Gran Mariscal Don José de la Riva Agüe-
            ro, se me ha ordenado por este Señor que haga á Vuestra Señoria presente que
            en atencion á las ocurrencias acaecidas en el Juicio solicitado por el Señor
            referido, espera que Vuestra Señoría se escuse de entender en el. Al ponerlo
            en consideracion de Vuestra Señoria cumplo con lo ordenado por el Señor mi
            parte que cree que la delicadesa é imparcialidad en los juicios lo exije así.
                    Besa la mano de Vuestra Señoria
                    Juan Guarda.


                                     REPUBLICA PERUANA
                    Lima y Septiembre 13 de 1832.
                    Excelentisimo Señor
                    En uno de los papeles publicados por mi, en contestacion alos de Don
            José de la Riva Agüero dije, que yo no seria, ni Fiscal, ni Juez en su causa. El
            debio descansar en mi palabra. Me conoce, hacen ya muchos años, y sabe
            que soy honrado por caracter. Sin embargo el Procurador me ha remitido la
            adjunta carta. En clase de Juez, Vuestra Excelencia presencia de continuo mi
            escrupulosidad. No solo me separo voluntariamente de muchos negocios, sin
            ser recusado, ni reconvenido, consultando unicamente la natural desconfian-
            za de los litigantes, sino, que ni oigo las votaciones, ni procuro imponerme
            en ellas. En alguno mui reciente, aun deje de asistir al Tribunal, mientras se
            concluyo. No puede haber infamia mas atros, que abusar de los empleos para
            satisfacer resentimientos y venganzas.
                    Nada mas racional, que ciudadanos libres, sean jusgados por ciudada-
            nos de su entera confianza. Acuseseme mil veces: en casos comprometidos,
            siempre diré á las partes antes de nombrar conjueces, que me den una lista de
            las personas que le son sospechosas. Estos son mis principios filosoficos, bien
            pronunciado en mi discurso sobre recusaciones.
                    Me es desagradable la carta, ella supone, que no cumpliria lo que ofre-
            ci en publico. Este negocio ha presentado amarguras á cada momento. Haga
            la providencia que concluyan, y que á este respetable tribunal no sobrevengan
            otras de mayor entidad.



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