Page 107 - José de la Riva Aguero - Vol-2

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de José de la Riva Agüero
sorpresa. Esta no se há verificado en todo el trancito, pero si se há verificado la
proscripcion en Lima y como es probable tambien en la de Truxillo. Quisiera
saber el dificil arte de salir siempre bien en las reboluciones, pero esta ciencia
solo es concebida á genios de clase mas afortunada que la mia.
Si esta historia compuesta de hechos ciertos y justificados no tiene lu-
gar para mi indemnizacion, mucho menos lo tendran para mi condena las
sospechas, las relaciones bajas, los ardides rebolucionarios de que se hace tan-
to uso en estas circunstancias á todo lo cual estoy dispuesto á contestar, pero
entre tanto reclamo se tenga en consideracion mi salud perdida y la necesidad
de su reposo, mi escasez de recursos, mi patriotismo y mis servicios con to-
dos, mi representacion a la que creo no desatendera el Soberano Congreso
resignandome en todo á sus soberanas resoluciones y partiendo en prueba de
ello á las fortalezas del Callao segun tiene ordenado esperando de su justifica-
cion proceda con un miembro suyo con arreglo á la veracidad de lo expuesto.
Chancay y Agosto 22 de 1823
Señor Don Jose Pezet

N° 14
Señor
Doña Antonia Cabrera muger lexitima del Sr. Dr. don José Pezet Di-
putado del Soberano Congreso constitu[yente del] Peru con su mayor respe-
to parece y dice: que ambos animados del fuego patriótico que siempre los
há distinguido emigraron de esta ciudad á la de Truxillo á la entrada de los
españoles que evacuada regresaron llenos de necesidades y los que es mas
mi desgraciado marido sercado de males condolores crueles resultado de sus
grabes enfermedades que padecio en la enunciada Ciudad de Trujillo como es
notorio el Exmo. Señor Presidente de este Soberano Congreso y á los demas
Señores Diputados que estubieron en aquel lugar; y cuando esperabamos lle-
gar aqui y el consuelo de que el infeliz Pezet se curase, se le detiene en Huaura
como á un criminal asegurando que es por orden del Congreso; que dolor
que angustias padecio mi pobre marido en ese momento. La muerte parece le
habria sido dulce en ese instante triste si no descansase en la esperanza firme
de vindicarse; en la justificacion misma del Congreso, y el honor mismo no le
conservase. No há delinquido, no há faltado á los deberes preciosos y sagrados
de su alto caracter, ignora cuales son los cargos; en el interin se ve dolorosa-
mente privado de su libertad, de su reputacion y vida cívil.

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