Page 437 - José de la Riva Aguero - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de José de la Riva Agüero
                    Excelentisimo Señor Presidente de la Republica del Perú
                    don José de la Riva Agüero


                    Excelentisimo Señor
                    Apenas, considera esta Municipalidad la suerte inbasora que amaga
            el daño a nuestra Felicidad; quando se ruborisa de ver que la inconsequensia
            pretende prebaleser:
                    Quando el exercito Enemigo se introdujo en la Capital de Lima, que-
            daron barios diputados del Congreso en su sentro; estos fueron tratados fa-
            miliarmente, y á pesar de la ruina, que se vio en las propiedades de toda la
            Ciudad, las que ellos poseiyan no sufrieron detrimento: Estos son unos prin-
            cipios de suficientes reselos para persuadirse que quienes disfrutaron del favor
            del Enemigo, ya no pueden contenerse beneficios a favoreser ni amparar la
            Libertad; luego pues de ningun modo puede subsistir ese Congreso; ya por los
            sospechosos ya por lo incompleto, y ya también porque desde su instalacion
            ha experimentado la Republica perjudiciales consequencias.
                    Desde que Vuestra Excelencia se puso á frente de la Republica ha pro-
            pendido á consolidar la Independencia tomando las medidas mas propias a
            nuestra libertad ápetesida; vemos en la época engrosado el Exercito con serca
            de diez mil hombres; Vemos el esfuerso y esmero con que se adelantan las
            ideas para contener el obstil enemigo, y vemos por ultimo álentados los áni-
            mos de los Pueblos para oponerse al imperio Tirano ymitando á un eroe que
            trabaja en beneficio de la Republica. Lima desde luego si considerase la trai-
            cion pequeña de qe se compone, comparada con los departamentos libres no
            seria Capaz de esos absurdos principalmente quando Vuestra Excelencia trata
            beneficiarla: ese Congreso en que por haora no hay facultad soberana ni pue-
            de subsistir contra la voluntad y votos de los Pueblos que haviendo depocita-
            do en cada individuo sus confianzas, vrota el reselo, la claridad de la infamia
            contra la consecuencia.
                    No Señor Excelentisimo. Ya que dio Vuestra Excelencia principio á la
            obra mas adaptable, continuen los apoyos de nuestra felicidad por mano de su
            benefisencia con la que solo podemos tranquilisarnos biendo desapareser los
            males que nos ocaciona un cuerpo sin refleccion, acuerdo, ni patriotismo, y
            reciba Vuestra Excelencia los sinseros votos de sus reverentes subditos.
                    Dios guarde á Vuestra Excelencia muchos años. Pueblo de Jesus y Sep-
            tiembre 7 de 1823.



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