Page 30 - Rumbo al Bicentenario Nº 6, Año 2 - mayo 2019
P. 30
El plan de los libertadores, en especial de José de San Martín, era acorralar a las fuerzas leales al
rey español, quienes se ubicarían en la zona sur del virreinato a ofrecer resistencia. El 15 de abril de
1821, San Martín ordenó el bloqueo de caletas y puertos comprendidos entre los paralelos 15° y
22°30' latitud sur, esto es, desde el puerto de Nazca hasta Cobija. La aldea de Iquique fue sitiada por
el bergantín "Belgrano" y tres embarcaciones menores con la orden de cortar todo tipo de
aprovisionamiento, perseguir el contrabando al interior y evitar la fuga de realistas .
Tras el retiro de San Martín del Perú, el mando del ejército unido recayó en el general Rudecindo
Alvarado, hermano de uno de los miembros de la Junta que Gobernó Perú en aquellos años. La
misión del general Alvarado era la de consolidar la independencia peruana derrotando al grueso de
las tropas reales que aún se mantenían intactas en el sur y la sierra del país. Los primeros días de
octubre partió del Callao la expedición de Alvarado compuesta por aproximadamente 4.300 efectivos
y 10 piezas de artillería, el 6 de diciembre desembarcó en Arica, ahí se dispuso que el batallón nº 2
de Chile partiera a Tarapacá con la finalidad de distraer a las tropas realistas y promover el
alzamiento de los civiles partidarios de la independencia, de igual manera mandó a ocupar Tacna al
general Martínez con 1.000 soldados.
El virrey José de la Serna, último en ejercer dicho cargo, ordenó al brigadier Pedro Antonio Olañeta
el desplazamiento de sus tropas desde Oruro a Tarapacá para expulsar a los patriotas asentados en
el extremo sur del virreinato. Pero en el transcurso del cumplimiento de este mandato el grueso de
la fuerza militar insurgente que se había desplegado entre Arica y Moquegua se enfrentó el 21 de
enero de 1823 en las cercanías de esta última localidad, al ejército realista comandado por el
brigadier José María Valdés siendo derrotados. En esta condición diezmada, Rudecindo Alvarado se
dirigió hasta el puerto de Ilo para embarcarse a Iquique con el propósito de reunirse con el batallón
Nº 2 que había dejado al comienzo de la expedición. Al llegar a este puerto, el 13 de febrero de 1823,
fue sorprendido por un destacamento realista que estaba oculto, generándose una escaramuza que
lo llevó a una nueva derrota que le costó doce muertos, entre ellos el teniente coronel Pedro de la
Rosa y el sargento mayor Manuel Taramona, y más de ochenta prisioneros .
Sin todavía encontrar el momento exacto de la rendición de las autoridades locales tarapaqueñas
leales a España, Tarapacá se mantendría con la causa realista hasta al menos 1824, luego de haber
sostenido una costosa crisis económica producto del bloqueo al que los sometieron las expediciones
de puertos intermedios.
29 | El fin del imperio español en Tar apacá
8 Op cit
9 Castro. L. (2018) El proceso independentista en el extremo sur del Perú: desde la invasión de Julián Peñaranda a la sublevación de Pascual Flores (Tarapacá,
1815-1822) en Historia (Santiago) vol.51 no.2 Santiago 2018.