Page 300 - Vida y Obra de Toribio Rodriguez de Mendoza - Vol-1
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Volumen 1
Visita del Real Convictorio de San Carlos en 1815
tenor siguiente = Excelentísimo Señor = En cumplimiento de la Real orden de
quatro de Mayo del año pasado de mil ochocientos quince, y del superior de-
creto de once de Octubre del mismo, he actuado la visita del Real convictorio
de San Carlos, que dirijo a Vuestra Excelencia, original en dos quadernos y
por separado un ejemplar de sus constituciones, y sus distribuciones quoti-
dianas; y dos planes comprehensivos, el uno de las entradas annuales de aquel
establecimiento, y el otro del número de colegiales y profesores que estudian
en él = En vista de todo he formado su actual estado, y el plan de reforma
reducido a diez, y ocho artículos, y seis notas: El atraso de su despacho ha
pendido en mucha parte de la salud de su Rector, y del quebranto de la mía,
pero viendo que se aproximaba la apertura del curso académico, y quanto
conbenía que el Convictorio se hallase en estado de concurrir a él conforme a
sus constituciones, no lo he dejado de la mano hasta evacuarlo.
Nada he puesto en ejecución arreglándome al ya citado superior de-
creto, en que se me ordena que antes dé cuenta de las modificaciones o va-
riaciones, que se deben hacer en cada establecimiento, substancialmente, sin
embargo no hago ninguna en estos, sin embargo de que ni estos ni las distri-
buciones están aprobadas por su Magestad, y sólo se recomienda la observan-
cia de los estatutos, en cuya virtud Vuestra Excelencia se servirá decretarlas, o
disponer lo que estime conforme al espíritu de la Real Orden= Dios guarde a
Vuestra Excelencia muchos años.
Lima Abril quince de mil ochocientos diez y siete = Excelentísimo Se-
ñor Don Joaquín de la Pezuela virrey del Perú
[Al margen: parecer del Señor visitador] La educación y enseñanzas
de la juventud ha llamado siempre la atención de nuestros soberanos, y al
intento vemos erigidos varios colegios en la península, en las Américas, y en
los demás puntos de sus dominios; pero no basta la fundación de este Real
establecimiento, ni el dictarles las reglas mas sabias para el logro de sus fines
que se propusieron, si el celo y vigilancia de los superiores encargados de su
ejecución, no cuida religiosamente de su observancia.
El descuido y aun la indolencia en esta parte han sido muy notables,
sin embargo de haberse prevenido por punto general en la mayor parte de las
fundaciones, por medio de las visitas ordinarias.
Convencido el Señor Don Carlos Tercero de la insuficiencia de este
medio en Febrero y Abril de mil setecientos, setenta y siete, tratando de la
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