Page 181 - La Rebelión de Huánuco. Vol 4
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Huánuco de 1812
            atentada ha sido carceles publicas, grillos, priciones y embargos que me tienen
            en la mayor desolacion, y miseria, cosa perdida de algunos miles de pesos por
            el abandono de mi casa, de las cosechas pendientes, y de mis ganados de una y
            otra especie. Este es Señor el fruto de mi trabajo, y la recompensa de mis par-
            ticulares serbicios, que espero de la integridad de Vuestra Señoría ver recom-
            pensados con declaración de ellos; con mi Iivertad absoluta, con el resguardo
            de mis derechos contra los autores, y complices de mis daños, pues para ello
            clama mi inocencia, y justicia y lo exije la delinquencia de mis autores.
                    Llegada la expedición Militar al Pueblo de Pachas [ilegible en la copia
            fotostática] a su Comandante en Gefe, y Oficiales subalternos las primeras
            carnes, pan, y otros comestibles entre tanto se expedian ordenes para la ali-
            mentación de sus tropas. No consta de los Autos pero es verdad, lo juro en for-
            ma y lo alego por notorio como igualmente el que alli se personaron y reunie-
            ron entre otras personas el Subdelegado y Don Manuel Zeballos, ambos mis
            contrarios, y rribales por los pleitos que con el primero he tenido por causa de
            una Baqueria que me arrendó y cuyos arrendamientos no me ha pagado sobre
            que tuve que ocurrir hasta el Superior Govierno, y protestó despues reclamar
            ante Vuestra Señoría, y el segundo Zeballos es mi contendor por causa de una
            fincas de familia a que quiere tener derecho, a quienes se agregó un hombre
            malignante nombrado Manuel Huete que se jacta de ser un mero egoista, y
            vuscar el medio de subsistir aunque el proximo peresca. Estos el primero con
            su influjo; el segundo de Protector; y el tercero de Ynterprete, y el Vicario de
            aquel Partido Cura de Pachas, viendo mis serbicios y queriendo meritarse con
            ellos, y cerrada su volsa fueron los que meditaron a su parecer mi ruyna que
            havrian conceguido si la Providencia sabia de un Dios siempre Justo no hu-
            viese proporcionado mis defensas, quando yo menos pensaba en medio de la
            desolación en que me hallo.
                    Me orrorisé al ver la Sumaria formada contra mi, en que apenas entre
            el muy crecido numero de testigos que la componen hay uno que habla a favor
            mio, unos dicen que bajando yo al Puente de Pachas el dia quince de marzo
            del año presente para contener a los insurgentes y ver lo que querian vista la
            orden del rebolucionario Juan José Castillo titulado iniquamente General de
            la Ynsurgencia en que mandaba se persiguiese y aniquilase a los Chapetones
            ó Europeos, les dije que era buena y que la cumpliesen. Otros aseguran que di
            un pañuelo que llevaba amarrado a la muñeca para que le sirbiese de bandera,
            no porque dí aviso a los insurgentes que estaban en el saqueo de Aguamino



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