Page 377 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La Rebelión de Huánuco de 1812
nueba y lo demás estaba muy maltratado y era de muy poco valor, pero que
todo ello lo recogió don Francisco Martínez, haciéndosele la entrega por la
que declara asociado de una muger nombrada Catalina López, y que el mismo
Don Francisco la condujo a la cárcel, sin que la declarante sepa quien fue el
Jues que expidió la orden para ello; que ésta es la verdad de quanto save y desir
puede vaxo del juramento que ha prestado en que se afirmó, y ratificó leydo
que lo fue íntegramente que no le tocan las generales de la ley, y es de edad de
veinte y sinco años, y por no saver escrevir firmó á su ruego uno de los testigos
con quienes actuo á falta de Escribano.
Fernandes (Rubricado). A ruego de la declarante y como testigo: Josssef de
Arze (Rubricado). Testigo: Sebastián Ramírez (Rubricado).
(Al margen)
Ratificación. 7° de Manuel Caxas.
Ynmediatamente comparesió Manuel Caxas vesino de esta Ciudad de
quien reciví juramento que lo hiso por Dios Nuestro Señor y una Señal de
Cruz según derecho vaxo del qual ofresió desir verdad en quanto supiere, y
le fuere preguntado, y siéndolo sobre el Saqueo que se executó en los días 23
y 24 de Febrero del año presente, personas que á él concurrieron y especies
rovadas que en su poder se conosiéron, dijo: Que á la hora del saqueo del día
Domingo 23 se hallava el declarante durmiendo en su casa, y haviendo disper-
tado con el estrépito y noticias de que los Yndios estavan forsando las Puertas
de las tiendas y rovando quanto se hallava en ellas, salió y se dirigió á la del
finado Don Nicolás Quintana que fue abierta por persuación del hijo de una
muger nombrada Secilia, en donde resibió dos golpes de puño que le dieron
los Yndios, y su Maestro Asencio Ricardo un golpe de palo, que le obligó al
que declara a emprender la carrera y refugiarce en la casa del difunto Don Ma-
nuel Castañeda cerrando la puerta de un quarto en donde se introdujo; que
los Yndios rompieron los balaustres de una bentana de la tienda del expresado
Don Nicolás que caía al saguán de la enunciada casa, y el que declara suplicó
a una muger forastera que vivía en una de las tiendas asezorias, cuyo nombre
ignora, entrace por aquella bentana rota y sacase alguna ropa del dueño de
dicha tienda, a lo que acsediendo dicha muger y no pudiendo introducirse
por la pequeñez de aquella abertura, rompió el declarante otro balaustre y
entonces pasó la muger á la parte de adentro, y le arrojó alguna ropa del uso
del difunto Quintana, que entregó inmediatamente á su Maestro Ricardo; que
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