Page 366 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Volumen 3
Autos criminales contra las personas involucradas en el saqueo de Huánuco
(Al margen)
Huánuco Abril 6 de 812.
Ocurra esta parte al Teniente Coronel Don Domingo Fernández á
quien se ha cometido su causa como comprendida en la general de zaqueos
executados en esta Ciudad que se le ha encargado ygualmente. Gonsales (Ru-
bricado).
Ante mi: Nicolás Ambrocio de Ariza (Rubricado).
Escribano de Su Magestad.
Señor Governador Yntendente
Josef Pío Garay, vecino de esta Ciudad con el mas humilde rendimien-
to y devida veneración, según derecho ante Vuestra Señoría paresco y digo:
Que me allo preso en esta Cársel, a causa del Sindicato siniestro que me supo-
nen haver incurrido en el delito de saqueos, lo que es falso; porque yo me allo
ynosente de semejante delito, por no haver andado en compañía de los yndios,
antes si temeroso de ellos huve de ocultarme, viendo que a todos los que en-
contraban les amenasaban quitarles las vidas y les maltrataban diciendo que
le entregasen a los Chapetones. Pues es público y notorio que persona alguna
tendrán que tildar mi nombre el que yo huviese concurrido a semejante rapto,
y si por acsidente intentan suponerme es induvitable se me a de justificar en
vastante forma. Sólo si confieso que en la primera vez que fueron al Asiento
de Ambo, se encajaron a mi casa Andrés Rodríguez, su hijo José a cuias voses
Antonio el Limeño, y otras personas que fueron de los Pueblos mesclados
entre ellos. Yo me allé tan obligado a ir con ellos, temiendo me quitasen la
vida, tomé la delantera hasta poder dejarlos turvados y buscar la ocación de
desviarme de ellos, halle la ocación de entrarme en la Quebrada llamada Cuti-
marca hasta que llegase la noche, de donde me vine a mi casa, y al cavo de dos
días llegaron los dichos yndios a mi casa ofreciéndome un baul vacío de venta,
y puse los pretextos más comvenientes que por la ocación no me acompañava
dinero, y luego entre ellos consultaron que cada qual defendiese su individuo.
Tomando ellos el Cerro de Quellaychurco a propósito para guerrear, y havien-
do conosido solo a dos suxetos llamados Manuel Chachas, Manuel Asencio
del Pueblo de Pillao, y haviendo escuchado estas conversaciones huve de di-
bulgar la falsa yntención de ellos á una vecina mía (es verdad) y este ha sido
motivo para mi prición. Y en esta virtud ocurro al Superior amparo de Vues-
tra Señoría para que atendiendo mi ynociencia, y mi mísero estado, se digne
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