Page 233 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La Rebelión de Huánuco de 1812
            Beraun, alias Cañapa, en la pregunta, quinta de su confesion dice: «que con
            motivo de haber conversado con Manuel Carrillo sobre un Pasquin, que abia
            parecido en la Ciudad, le dijo aquel, que Casteli ya estaba en el Cusco, y que
            las leguas, ó días que tenía que andar, les quedaban de vida alos Europeos por
            lo que el confesante le dijo: Que aqui no habian armas, y que con que botarian
            los Europeos, que a esto le contestó que habian dos cañones, y varias granadas,
            y que sin hablar sobre otra cosa se despidieron: que el mismo Carrillo alos
            pocos dias preguntandole, que quando salia de Patrulla? é impuesto que era
            el 22 de Febrero, le dijo que no saliera, y que se fingiera enfermo pues podian
            hacerle algun daño por hierro, sin quererle decir otra cosa; de que infiere que
            este por esos antecedentes, y la amistad que tiene con el Limeño, y parentesco
            con la muger de este, sea savedor de todo, y autor dela sublevacion». Esto no
            concuerda con el comparendo de 1° de Abril hecho entre Mariano Velez, Fer-
            nando Palomino, Jose Beraun, y por su menor edad su Curador Don Alfon-
            so Mejorada, y el Licenciado Don Jose Zavala, todos los que, exepto Beraun,
            niegan la conversadon de Casteli, y de Europeos; pero; como no lo habian
            de negar, quando el negocio rodaba con un muchacho, á quien le fue preciso
            nombrar Padrino? Mi parte en su confesion, que en 7 de dicho mes hiso en
            la quarta pregunta de ella, asegura, que dos veces conversó sobre Casteli, y el
            Señor Goyoneche, la una con Don Narciso Bracamonte sobre lo plaucible de
            las victorias del segundo; y la otra con el mismo Beraun, y por diverso metodo
            del que supone; por que no es lo mismo parlar, que Casteli venia por Maynas,
            que en los terminos, que irreflexamente propala Beraun: éste es en suma el re-
            sultado de los Autos contra mi parte, brevemente procuraré fundar la defensa
            por los terminos mas sencillos, y legales, segun las ocurrencias vagas, que en
            los preteritos dias á la Ynsurreccion corrian por esta ciudad de Huanuco en
            noticias.
                    Bien savido es, que antes de que fuese vista la Revolucion amanecian
            unos repetidos Pasquines tan infamatorios, que en el sentir mas prudente asia
            a sus Autores lejitimos acreedores á que donde aparecian sele fijasen las ma-
            nos. Concedo, por que me consta, que la Policia no perdonaba arbitrios por
            descubrilos, mas lo que nacia de ellos era una inverosimilitud de parletas va-
            gas, cuyas suposiciones, al modo que la cadena, cada uno eslabonaba su cuen-
            to tan idiota, é irricible, como el mismo que lo contaba. Sí por acaso llegaba á
            manos de esos una gaseta, que relataba qualquiera triunfo de nuestras armas,
            cada uno la interpretaba allá en su pensamiento como un Homero, ó Ciceron;



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