Page 95 - La Rebelión de Huánuco. Vol 2
P. 95

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La Rebelión de Huánuco de 1812
            los lances con prudencia hubiera oido Vuestra Señoría Ylustrísima con dolor
            renovarse en esta Parroquia la funesta escena de los Caxipas.
                    El día 18 de Noviembre tocó el Subdelegado del Pueblo de Chupan, y
            la gente toda se retiró a las cumbres de los cerros dexando clavadas las Baras
            a la puerta del Calvildo; dirigiéndole de intención algunas mugeres ancianas
            para le provocasen y tan dispuesta á cometer un atentado que hasta las Ago-
            nias le pulsaron. El Ynter estaba en el Pueblo. El había encendido el fuego, y
            lexos de apagarlo, se complacía en ber dilatar sus llamas. El Juez se hizo en este
            lance crítico superior á sus pasiones y sin respirar sus sentimientos, se retiró
            avergonzado y lleno de temor. Por entonces quize noticiar á Vuestra Señoría
            Ylustrísima la conducta de este Ecleciástico para modelarla, y detener sus pro-
            gresos, pero el mismo Subdelegado se opuso y encopió mi pluma. La resulta
            de este disimulo de bondad ha sido conmover de nuevo el Pueblo de Chupan,
            y unirla con otros dos para elevar sus quexas infundadas á la Yntendencia y
            sacar un Comicionado de la Ciudad de Huánuco. Con esta novedad se de-
            rramó la discordia en toda la Provincia se empezó á hablar con indecoro de
            la Jurisdicción Real y casi querían confundirse los derechos del Superior con
            los del Súbdito. En estas criticas circunstancias, creí propio de mi Ministerio
            el conciliar la paz, y para conseguirlo abandono el reposo de mi Feligresía,
            atravieso catorce leguas de ásperos caminos, avoco a mi presencia los Pueblos
            agitados, les abro partidos ventajosos, y logro aquietarlos, menos al Pueblo de
            Chupan, que atizado siempre por el citado Ecleciástico no solo no cede, sino
            que después de recogerse una Sumaria completa justificativa del Subdelegado,
            ha persuadido á que repita las quexas á la Yntendencia, publicando que yo he
            obstruído los caminos para que se aclare la verdad de los hechos que según
            seal qual fuese la resolución que tome el Señor Yntendente, yo me juzgaré
            siempre obligado á poner en resorte los mas generosos exfuerzos para mante-
            ner en quietud á los Pueblos de esta Provincia y para persuadirles que deben
            vivir sumisos á las potestades constituídas y siempre creeré que debo sostener
            el equilibrio entre las dos Jurisdicciones que dividen el Sacerdocio del Ympe-
            rio para que mutuamente se auxilien y fomenten.
                    Como en estos tiempos de borrasca los vientos soplan acia todas par-
            tes, ha sido mas fácil que toquen la persona del Ynter de Baños. Dirijo a Vuestra
            Señoría Ylustrísima las actuaciones que mandé seguir en desempeño de mi oficio,
            y suplico a Vuestra Señoría Ylustrísima aparte sus ojos de unos hechos, que sin
            duda ofenderán el ánimo de un Prelado digno de los Tiempos Apostólicos. Yo



                                                94
   90   91   92   93   94   95   96   97   98   99   100