Page 262 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Volumen 1
Declaraciones y confesiones sobre los movimientos subversivos en Huánuco
se la recivio que lo hiso por Dios Nuestro Señor y una señal de Cruz, vajo del
que ofrecio decir verdad; y enterada de la citada cita, y auto caveza de proceso
con su inteligencia— Dijo: Que es cierto que Ynes Pantoja alias Macharate
mestiza recidente en Huanuquillo, ó la Capilla contó á la declarante que Juan
de Dios Guilermo, y su muger le havian dicho que havia venido el Ynca; havia
pasado á Huanuco, y se havia refundido en la montaña. Que es lo unico que
save, y es la verdad so cargo, del juramento fecho en el que se afirmó, y ratifico,
que no le tocan las generales de la Ley, que es de edad de veinte, y seis años, no fir-
ma por nó saver, hizolo Su Señoría con el ynterprete, de que yo el Escribano doy fe.
Ygnacio Valdivieso (Rubricado) Jose Ceballos (Rubricado)
Ante mi Nicolas de Berroa (Rubricado)
Escribano Público.
(Al margen)
Otra de Francisca Chagba.
Luego comparecio citada Francisca Chagba, hija de Lorenza Amaro,
y antenada de Juan de Dios Guillermo, de edad de quince años casta yndia, á
quien por su minoridad se la nombro por su defensor al ynterprete del Jusga-
do, y explicandosela la gravedad del juramento se la recivio conforme á dere-
cho, y la hiso por Dios Nuestro Señor y una señal de Cruz, vajo del que ofreció
decir verdad, y siendo examinada según el auto principio de este proceso, con
su inteligencia— Dijo: Que por vivir en casa de los referidos su padrastro, y
madre Lorenza, vió que en ella por el año pasado en tiempo de cosecha, llegó
un hombre mestiso de cuerpo regular calsado, que oyó decir á dicho su pa-
drastro era del Cusco, y que venia de correo, el que se estubo alli, como dies
dias enseñando a lér á sus medios hermanos á lér, que este se llamava Antonio
Rodrigues, que siempre se hallava leyendo un libro, que nó la vio lér cartas, ni
escribir papeles con dicho su padrastro, ni oyó tratar á estos que era ese hom-
bre era Embajador del Ynca, ni ha visto á Lorenza Amaro, ni Juaquin Can-
chán: Que si han tratado no lo save, ni á visto por que se habrán precavido de
ella por muchacha, y por que nó la mira bien su padrastro, y siempre anda en
el campo, pasteando sus borreguitas: Que supo quando ese forastero salio de
su casa la fue acompañando hasta la Oroya Juan de Dios Guillermo, haviendo
salido á la media noche, y regresado por la tarde de ese día: Que el regreso se
trajo una yegua de ese correo obscura desorejada, la que murio estando Gui-
llermo en la carcel. Que es quanto save, y puede decir en verdad, y so cargo del
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