Page 226 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Volumen  1
                            Relación verídica y auténtica de la revolución que estalló en la ciudad de León de Huánuco
            a una muerte de cuyas angustias no me ha de livrar, el señor Eyzaguirre. Asi
            como yo pienso piensan muchos, y con razon; y aunque pensar asi arguye
            poco patriotismo, creo que la causa de haverse devilitado esta virtud la tienen
            los mismos encargados de animarla. Dispense Vuestra Señoría Ylustrisima
            esta digresion que me há hecho hacer la indignacion de haver visto la revolu-
            cion mas escandalosa, y en ella todos los horrores de que es capaz la nacion
            mas astuta, y barbara y en fin haver visto a sus autores no solo libres, sino lo
            que es mas declamando publicamente contra el Magistrado que organizó sus
            causas, y los declaró criminales. Asi están yó los hé oído, y los oye todos los
            dias el vecindario de Huanuco. En suma podemos decir que todos los gastos
            que se hán hecho, y aun se harán, nada han logrado mas que dejar a los alza-
            dos publicamente tales, si antes heran ocultos.
                    Esperamos por momentos las resultas de la suplica aunque por aqui
            se vaticina, y no estoy lejos de creherlo, que todos los culpados serán libres,
            y saldrán castigados, los que sufrieron el saqueo, y la persecucion. A estos
            nunca se les indemnizarán sus daños, y el Señor Yntendente que ha visto que
            su trabajo en lo principal se há visto con tan poco aprecio, no querrá trava-
            jar en lo accesorio, temiendo la desaprovacion de ese Juzgado Superior. Ya el
            Señor Eyzaguirre apunta, que todos los daños deven pagar los Subdelegados
            de Huanuco, y Panatahuas por su mal govierno. Estos han sido los primeros
            robados, a que quien pagara? Nadie. Asi sucederá, y los inocentes serán los
            unicos penados en la rebelion de Huanuco. Demos gracias al acierto de nues-
            tros togados. Para otros que como yo, no hayan sido testigos de los males que
            han hecho los rebeldes, la absolucion puede no ser injusta pero para mi es de
            la mayor injusticia, mas escandalosa, y de el peor exemplo. Quiera Dios no
            tengamos que llorar por aqui los efectos de una indulgencia, que hasta se ha
            llorado en otras partes, y tengamos que hacer tarde, y sin fruto, lo que deveria
            haverse hecho temprano con el mejor suceso. Lo que yo puedo asegurar por
            conocimientos practico es que los yndios de los pueblos alzados, y los huanu-
            queños no tienen aquella humillacion que nace de haver conocido su delito, ó
            haverlo sentido por los males que les há causado la justa fuerza armada.
                    Somos 16 de Septiembre. Se confirmó la sentencia de que hé hecho
            mencion a Vuestra Señoría Ylustrísima y con esta virtud fueron arcabuceados
            don Jose Castillo, Jose Rodriguez, y Norverto Aro, el 14 del corriente. Castillo
            no estuvo conforme, y hasta el suplicio fué declamando contra la justicia, que
            solo se dejava ver en él. Castillo tal vez no savia que no se le hacia injuria en



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