Page 225 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Huánuco de 1812
            que para desprehenderse de los malos juezes, y por consiguiente deja a los
            yndios el conocimiento de si los juezes son buenos, ó malos, y el arbitrio de
            desprehenderse de ellos quando gusten, por los medios mas reprobados. Este
            señor Fiscal puede ser un santo, y el mas leal de todos los españoles, pero nada
            de esto demuestra querer tildar la conducta del señor Yntendente es un aten-
            tado el mayor. Yo sé quanto há travajado este hombre singular, y quales han
            sido sus miras, y no sé como calificar un escrito en el que se pretende hechar
            por tierra todo su trabajo. Siempre desconfiava yo de que en la causa de Hua-
            nuco se havian de hacer aciertos en Lima, y lo veo realizado. Veo livres a los
            promovedores, y caudillos de la insurreccion mas escandalosa, veo sin pena
            a los saqueadores de los bienes del Rey, y de particulares, veo a los pueblos
            alzados sin una reprension, y en fin veo a un Ministro Togado que puesto por
            el Rey, y reciviendo su renta de las arcas reales, trata de protejer unos reveldes,
            ladrones publicos, y de censurar la conducta de el mejor de los Magistrados.
            Quantos males no causa con esto! Los buenos claman al cielo por sus bienes
            perdidos, y los malos juzgan que pueden abandonarse a todo delito; seguros
            que el señor Eyzaguirre ha de canonizarlos. Yo huviera querido que este señor
            huviera visto en los dias de la insurreccion a las familias emigradas, y tam-
            bien a los yndios sus protejidos, tal vez la miseria de aquellas, y la insolente
            altaneria de estos le huvieran dado conocimientos que no tiene, y sin los que
            no puede abogar con acierto. Venga a Huanuco, y verá quanto han hecho sus
            inocentisimos yndios, y no quiera juzgarlos por incapazes del mal, desde su
            gavinete, en donde si há visto a alguno ha sido cubierto de la mascara de una
            humildad, que no conoce su corazon. En suma en Huanuco nada se remedia,
            y si los demas payses sublevados no se tranquilizan devemos tener mui pronto
            otra rebolucion mas sangrienta. Por mi aseguro, que no la resistiré como la
            primera, por que realizada, no aguardaré a que me deguellen en publica plaza
            aquellos mismos que me la tenian jurada, y que si no lo hizieron fue solamente
            por que no estava señalado por Dios tan cercano mi fin. En otra será su con-
            ducta diferente, por que los que ellos llaman delitos mios, se hán aumentado
            mucho, y los deseos de su venganza mucho mas. Yo y otros trataremos de
            salvar nuestras personas, y dejaremos al Señor Fiscal el cuidado de contener
            el fuego de la rebelion, que fomentan y sostienen hombres que están mui lejos
            de el, y a quienes proteje solo por hacer lucir su nombre de Protector. Si hasta
            hoy he sido un ente activo, prometo en adelante ser mui pasivo, pues veo que mi
            actividad sin servir de nada, me perjudica, me hace abominable, y me expone



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