Page 219 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Huánuco de 1812
            este Religioso hera la primera persona que devia prenderse en Huanuco por
            que lo conozco, y savia que no podia dejar de haver hecho mucho para la re-
            belion. Savemos llegó de fuga a la Costa, y si há tomado el camino de Quito no
            lo prenderán, pues tiene dinero con que proporcionarse un pronto viaje. Este
            pudiera descubrir el orijen remoto de la rebolucion, pues no hay duda que de
            tiempos atrasados esparció papeles, y doctrinas sediciosas. El no es tonto y
            bajo la apariencia de pocas y de misas razones abriga un corazon perverso.
                    En suma Ylustrísimo Señor la rebolucion de Huanuco conoce tres es-
            pecies de reos principales. Unos que la promovieron, entre los que están el Pa-
            dre Villavicencio, Martel, Aspiazo, y algunos Clerigos. Otros que la siguieron
            y de esta clase no puede escaparse sino mui pequeña parte de la Ciudad. Otros
            son los ladrones que se aprobecharon de el desorden, y aqui entran los que se
            escaparon del primero, y segundo delito. No he visto las causas; pero nada mas
            hay. En esta virtud aseguro que en Huanuco no hay quatro que no merezcan
            un suplicio capital. No sé como serán juzgados en Lima, mas los Juezes de-
            ven hacerse cargo de la transcendencia de esta causa. Los daños causados son
            inmensos, y sin reparo, los gastos al Rey grandes; y el escandalo sumamente
            activo, y movedor al mismo delito. La indulgencia no es la que puede correjir
            en el caso, pues sé save que en esta especie de delitos el perdon es sumamente
            perjudicial.
                    Estos Pueblos, y los demas de la Provincia están tranquilos, ó mas
            bien sobrecojidos de miedo, por lo que no piensan mas que en servir con una
            prontitud que jamas hán tenido, y los mios jamas tan demostrado tanto amor
            a su Cura. Si este se les conservara con un exemplar en su especie, santo y
            bueno; pero mucho temo que quedando impune su delito se malogre su bue-
            na disposicion actual. Nunca faltan malos que les interpreten favorablemente
            las disposiciones de sus Superiores, que son de mera gracia, y mientras en
            la America haya paises sublebados, no faltarán apostoles que de mil modos
            prediquen la insurreccion. Dios dé acierto a los Juezes, y nos proporcionen
            con lo que determinen en este asunto, una paz duradera que está en sus ma-
            nos procurarnos. Sé que las miras del Yntendente son castigar a algunos en
            Huanuco, y expatriar muchos a lugares en donde puedan ser utiles al Estado.
            Este pensamiento es de grande acierto. Si en Lima no lo hechan a perder, lo
            que trata este Magistrado es lo mas acertado; pero vuelbo a repetir, que temo
            mucho no se haga util nada de lo trabajado.





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