Page 198 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Volumen  1
                            Relación verídica y auténtica de la revolución que estalló en la ciudad de León de Huánuco
            a la Ciudad un mayordomo de la chacra de la Dispensa distante dos leguas de
            Huanuco avisando que los yndios venian a entrar por el Puente de Guayau-
            pampa un quarto de legua al Este rio abajo de la Ciudad. Aqui fue el desorden.
            No se dió una disposicion acertada, y los vecinos ocurrieron al Puente con las
            armas que pudieron haver a la mano en aquella angustia. Como nadie manda-
            va, ninguno obedecia, y en toda la noche hasta las ocho de la mañana del 23
            no se pudo conseguir mas que impedir a los yndios el paso del Puente, a costa
            de dos muertos de nuestra parte, y un europeo mortalmente herido. Segun las
            relaciones mas justas no habria 500 yndios en la otra banda del rio y a lo mas
            4 escopetas que hacian un fuego tardo, y mal dirijido pues en toda una noche,
            de luna y a muchos objetos no pudieron acertar mas de dos tiros, por que el
            Alferez Don Agustin Perez fue muerto a palos, y pedradas por haberse atrebi-
            do a pasar el Puente algo borracho, y caidose en la otra banda. Del lado de
            Huanuco hubo mas de 20 armas de fuego que hicieron algunas muertes no
            pudiendose graduar el numero por que por la noche los yndios hechavan sus
            muertos al rio. Poco despues de las 8 de la mañana se vieron ya pocos defen-
            diendo el Puente tanto de europeos como de naturales del pais. Entonces su-
            pieron que por los cerros al Nor Oeste bajaban yndios, y se retiraron a la Plaza
            en donde apenas se juntaron 11 hombres con algunas armas. Aqui los Gefes
            con pretexto de buscar gente salieron de la Ciudad, y los siguió el resto de al-
            gunos que salieron por delante. Los yndios pasaron el Puente, y unidos a los
            que vajaron por los cerros hicieron alto en la Alameda temerosos de entrar en
            la Ciudad. Aqui se dejó ver Don Domingo Berrospi saliendo de su casa, y en-
            caminandose al lugar donde estavan los yndios con una bandera blanca, los
            introdujo en la Ciudad diciendoles que ya los chapetones habian salido, y que
            no hicieron daño al vecindario. Lo mismo hicieron sus hermanos el Lizencia-
            do Don Fernando y Fray Mariano religioso Agustino. Elijieron los yndios de
            General a Don Domingo pero no con tanta subordinacion que les impidiese el
            saqueo atroz que empezaron por la casa del Coronel Echegoyen; casa, y tienda
            del Subdelegado, de Fernandez, y Mejorada como primeros objetos de sus
            iras. En vano el Cura Moreno quiso contenerlos con procesion, y sermon, to-
            das las casas de los europeos fueron saqueadas aprovechando los yndios solo
            los caldos y algunos retazos de las tiendas, y los huanuqueños de todo lo de
            valor. Al saqueo de las casas de los europeos siguieron muchas de criollos di-
            rijiendo las roturas de las puertas los mismos mozos, y mosas de Huanuco que
            vengavan por mano de los yndios sus particulares agravios. De casas visibles



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