Page 261 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-5
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Guerrillas y montoneras durante la Independencia
            solicité a los pocos dias el mando de una de las dos compañias de guerrilla
            recien formadas en el pueblo de Chincha - Alta que carecian de Gefes y oficia-
            les. Mas el govierno en superior decreto de 6 de Septiembre del año proximo
            pasado (N° 1°) me contestó «estar resuelto lo conveniente respecto á ellas».
            A renglon seguido solicité permiso para pasar á continuar mi servicio á las
            ordenes del Señor Coronel Don Juan Valdivieso, que mandaba una columna
            de observacion en el territorio de Cañete: y aunque por superior decreto de
            11 del mismo mes y año (N° 2) se me concedió aquel permiso no habiendo
            podido realizar mi marcha tan pronto como hubiera deceado, por mi recaida
            de terciana y otros males complicados, yá no pudo tener efecto en razon de
            que aquella fuerza se replegó á esta capital y disolvió dicha columna.
                    Al cabo de algun tiempo volví a instar para continuar mis servicios y
            pedí se me diera colocacion en el Batallon N° 3, donde tenia entendido haber
            varias vacantes de mi clase; y con efecto remitida mi solicitud por superior
            decreto de 6 de Mayo ultimo (N° 3) al Señor General en Gefe del Ejercito del
            Perú, pasé á presentarsela y ponerme a sus ordenes: y despues de retenerla en
            su poder tres dias, me la devolvió indecretada asegurandome que me dejaba
            apuntado para ser colocado oportunamente y tendria muy presente. Pero sin
            embargo de sus ofertas no tubo efecto mi colocacion, por lo que a los muy po-
            cos dias siguientes traté de pasar a Canta á ver si la lograba en el esquadron de
            Caballeria que estaba levantando el Señor Coronel Don Rafael Garcia Mance-
            bo. Pedí para ello la respectiva licencia y pasaporte á esta superioridad y por
            decreto de 17 de aquel mismo Mayo (N° 4) se me remitió al Señor Presidente
            del Departamento. A los pocos dias se apersonó en esta capital dicho Señor
            Coronel Mancebo, á quien vi y solicité varias veces y al fin decretó una instancia
            mia en que le pedí colocacion en mi clase de Teniente ó cuando menos de agre-
            gado, que no habia vacante en el cuerpo de su mando de aquella clase (N° 5).
                    Subsiguió la emigracion al Callao, en cuya plaza me mantube todo el
            tiempo que permanecieron los enemigos ocupando esta capital; y ally no fui
            del todo inutil pues el Señor General Correa y gefe del estado mayor Olazabal
            se sirvieron comicionarme para la guardia y custodia del ganado del estado
            de los Andes y para que asistiera en la provición de aquel mismo estado en
            compañia del ayudante Don Angel Sanches; todo lo que cumplí con la debida
            exactitud y empeño. Desde la vuelta del Callao he practicado varias diligen-
            cias dirigidas a mi colocacion que no ha tenido efecto.





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