Page 260 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-5
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Volumen 5
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            y sentenciado á pena capital, de la que casi milagrosamente pudieron salvarlo
            las activas diligencias, empeños ruegos y llantos de sus pobres, ancianos y
            respetables padres: conmutandose aquella en destinarlo de ultimo soldado en
            el batallon llamado de Arequipa, del mando del feroz é inhumano Rodil. Más
            como ál que decididamente há adoptado un sistema y lo creé justo y arreglado
            nada lo arredra ni detiene asi fue que el exponente tardó muy poco en hacer
            una nueva y más feliz tentativa, logrando por entre mil riesgos y sosobras ve-
            nirse á la compañia de guerrilla del memorable y benemerito patriota Quiros.
            Cerciorado este del buen desempeño y regulares aptitudes militares del que
            expone, tán luego como llegó a su lado lo nombró Alferez de la compañía y en
            esta clase sirvió en ella y se halló en la accion que sostubo en Guampani contra
            Rodil, en la de Maranga contra la caballeria enemiga, y en la de la Quebrada
            de Macas contra el exercito enemigo, cuando se retiró del Castillo.
                    Resuelta la expedicion de Ica, cuyo mando se confió al Señor General
            de brigada Don Domingo Tristan, á instancias y solicitud del Comandante de
            otra compañia de guerrilla Don Baltazar Orrantia, y de acuerdo y convenio
            con el Capitan Quiros, el que representa dejó este último y pasó a la de aquel
            en calidad de Teniente ayudante. Llegados á Ica y detenidos ally por una grave
            terciana maligna, aún mal convalecido de ella se presentó inmediatamente á
            las ordenes del Señor General en Gefe Tristan quien lo comisionó para varios
            encargos del servicio que el exponente se esmeró en desempeñar con honor y
            exactitud, haciendo en cierto modo las funciones de un Ayudante, hasta que
            llegado el caso de aquella sabida dispersion, con perdida de un lucido equipaje
            se vió como los demas forsado á procurar ponerse en salvo, como lo consiguió
            entre los mayores riesgos y fatigas.
                    Aún no habia descansado de ellas cuando se resolvió que la compañia
            de guerrilla del mando del yá citado Orrantia pasase inmediatamente á ope-
            rar contra el enemigo sobre el territorio de Pasco; y adelantandose este unos
            dos ó tres dias, yo que quedé aqui aúnque enfermo en comisión, me dirijí en
            el acto como su Teniente ayudante á reunirme con él, llevandole armados y
            municionados un refuerzo de quinse hombres que recogí de los dispersos, y
            en Huallay fué sorprehendida la compañia, muriendo mucha parte de sus in-
            dividuos y el Comandante, quedando prisioneros de guerra los oficiales Don
            José Rueda y Don José Molero.
                    Con tál desastre regresé á Lima pero no desmayando mi amor acia mi
            Patria ni los vemehentes deseos que me animan de emplearme en su servicio,



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