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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
entradas que hizo Parvina a destruir a todos mis feligreses y hacendados, y
aunque éste después de los días, de Parvina, se introdujo éste a la tropa del
general don Francisco de Leisequilla y recibió armas, y con la misma facilidad
desertó y se apareció en este pueblo en casa de su mujer: y como se le halló el
adjunto papel ficto entrando en sospecha de que tal vez pretendiese ocupar el
lugar de Parvina, he tenido por bien de despachar preso para que por mano
de vuestra señoría ilustre se determine lo mejor que convenga.
Es copia del capítulo de la carta original.
Areche
(media firma y rúbrica)
[Respuesta de Ambrosio de Zúñiga al Visitador General. Abril 22, 1781].
Señor Visitador General
(Al margen: Habiendo concurrido el cura de este pueblo a la prisión
del mozo por satisfacer a su señoría ilustrísima, incluí dentro de la carta que
escribí a su prelado por lo que no va en ésta como cito adelante). Señor: ha-
biendo expuesto a vuestra señoría en mi antecedente con el motivo de pedirle
armas para contener a los rebeldes, que a cada paso por mangas en estos luga-
res desafiándonos, puse mayor cuidado en celar el campo con mis soldados,
y a este tiempo la permición divina hizo que este reo hubiese caído a mis
manos, el es oriundo del pueblo de Colquemarca, su nombre Felipe Cárcamo
quien anduvo acompañado con Parvina a quien lo acompañó hasta su muerte,
vuestra señoría determine de él, van seis soldados en su compañía, estos me
hacen grande falta a la defensa de estos lugares. Habiendo bajado el general
don Francisco de Laisequilla al pueblo de Colquemarca, este reo se acogió a la
real bandera y se fue con dicho general en la tropa de donde vino a remanecer
con el adjunto papel, y viendo no ser bajo de la firma del predicho general don
Francisco de Laisequilla he entrado en mayor sospecha. Los cerros en contor-
no de los pueblos de Santo Tomás y Colquemarca se hallan siempre cubiertos
de tropas de indios, no les he dado embestida por verme sin armas, solo tengo
apercibido un fusil que el reo había traído consigo.
Quedo esperando órdenes de vuestra señoría como pidiendo dilate la
vida de vuestra señoría la Majestad Divina. Capacmarca y abril 22 de 1781.
Besa los pies de vuestra señoría su rendido criado.
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