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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            de estado, casado con Tomasa Farfán, y que es de edad de más de sesenta
            años.
                    Preguntado si sabe la causa de su prisión o la presume, dijo presume
            estar preso por ser cacique, y responde.
                    Repreguntósele cómo dice presume estar preso sólo por ser cacique,
            cuando consta de estos autos lo prendieron las tropas de Su Majestad estando
            defendiendo la facción del rebelde José Tupa Amaro. Dijo que al confesante
            nadie lo ha preso, sino que escribieron una carta todos los españoles a la sol-
            dadesca, diciendo que entregarían.
                    Preguntósele si conoce al rebelde Tupa Amaro, si le ha auxiliado, y si
            sabe quienes le han fomentado en esta rebelión. Dijo conoce a dicho rebelde
            con motivo de haberle llamado desde Pomacanche con un auto de orden de su
            excelencia, el cual tiene el confesante en Acomayo, a donde fue como cacique
            con los alcaldes y segundos del pueblo, donde el rebelde les expresó a todos
            tenía orden de su excelencia para extinguir corregidores, repartos, aduanas; y
            hecho esto se volvió a su pueblo en compañía de dichos alcaldes y segundos,
            y sólo les dijo el rebelde les iría a mandar dentro de poco tiempo don Juan Es-
            teban Pacheco, mestizo de Pomacanche; que el rebelde le ha enviado algunas
            órdenes en papelitos, de los que sólo se acuerda contenerse en ellos la orden
            de enviarle víveres para los indios, como en efecto lo ejecutó el que confiesa, y
            que de los demás no hace mención de su contenido; que pasando el rebelde de
            vuelta de Piccho por Acomayo, llevó preso al confesante a Tinta donde lo tuvo
            dos meses, al cabo de los cuales lo soltó con orden de que ocurriese con toda
            su gente a Pucacasa a la batalla, como en efecto lo ejecutó yendo, mandando la
            gente del ayllo Quispillacta, y pasando por los altos de Urcos. Reconociendo si
            había gente de esta ciudad le dió un golpe una mula, con cuyo motivo se vol-
            vió a Acomayo, donde se mantuvo enfermo de resulta del golpe hasta ahora
            diez días; que ya bueno pudo montar a caballo y se vino a Acos, en donde dice
            entregó a nuestra gente a Francisco Tupa Amaro; que no sabe qué motivo ha
            tenido el rebelde para alzarse, ni menos quienes le han auxiliado, sino que sólo
            los caciques le habrán prestado su gente, y responde.
                    Preguntósele si ha tenido complacencia en las victorias del rebelde, y
            dijo que no, y responde.
                    Preguntósele si ha defendido el confesante el partido de dicho rebelde
            haciendo fuego a las tropas de Su Majestad. Dijo que no, y responde.
                    Hízosele cargo cómo falta a la religión del juramento diciendo no sabe



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