Page 92 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
                                                         Causas criminales seguidas contra los rebeldes
            don Antonio está juntada la capellanía colateral del clérigo, fuera de algunos
            muebles, como se certificará usted por sus instrumentos; y por esto tengo re-
            celo, que no es por inobediente, que mi voluntad es dar todo gusto.
                    La ropa del corregidor queda en el mismo poder de don Faustino
            Zúñiga, las dieciseis mulas conforme que embargó mi suegro, las catorce dice
            que el dicho corregidor despachó para Urcos y guardó con el castillo, como
            declara dicho Zúñiga. Las cargas de azúcar que quedaron por las mulas causa-
            das despacho mañana, como quiera a la voluntad de usted.
                    En orden de los cacicazgos de Collatia y Urinozco no he hallado sujeto
            idóneo para este empleo, y por esto quedan a mi cargo estos dos ayllos de mi
            suegro, hasta la determinación de usted. Al concluir ésta recibí una de don
            Matías Calvo con una comisión inclusa; en la que impuesto, suplico, como a
            mi señor, envíe otro sujeto para que me ayude porque sólo no podré hacer;
            motivo de estar estos indios, así los españoles, insolentados y muy atrevidos
            que ya no hay sujeto de distinción que todo es amenazas y traiciones; aquí está
            andando un indiecito, Oquendo, que dice que usted le ha dado toda facultad
            suya y está alborotando todas las noches, y con este motivo han hecho robos
            falseando casas y matando bueyes de la hacienda de Guaraypata, y otras ini-
            quidades que por esto me recelo. Las espías están puestas con el celo y cuidado
            que debe tener; y entretanto aviso a usted de como antenoche apareció una
            excomunión puesta contra usted, y contra todos que auxiliasen o fomentasen
            en su intento; y sobre ésto esta mañana llegó un pliego de la junta del Cuz-
            co, en nombre de Su Majestad, que no hubiese repartos, alcabalas, aduanas,
            diezmos y obvenciones para los indios; si acaso hubiesen repartido, ninguna
            gente pagase el reparto de hoy en adelante; y que luego también despacharían
            visitadores de tierras para distribuir las tierras a los indios, y todo esto han
            hecho movido de la inhumanidad que usaron con la iglesia de Sangarará, que
            así declaró en el auto.
                    De don Juan de Dios de la Borda, dígole a usted que tiempos ha estado
            pretendiendo dejar el cacicazgo, y no dió lugar mi suegro por no hallar otro
            sujeto quien pudiera contribuir los tributos de aquel ayllo; pero si conviene
            por precisión con su venida, se puede nombrar otro y para esto me avisará el
            día para prevenir la gente.
                    La horca, luego que usted ordenó, mandó mi suegro; y después la quitó
            el señor cura, después volvió mandar a poner, y ahora han vuelto a quitar; que
            aquí todos mandan, y todos procuran enrredamos, usted no abra mucho los



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