Page 663 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Repreguntósele, como en tanto tiempo no se huyó del rebelde y más
cuando vino a Piccho, estando a vista de esta ciudad, en cuya ocasión se pa-
saron varios, como igualmente en Pucacasa, estando allí nuestro ejército, tan
inmediato al del rebelde, que no habrá tiro de cañón, dice que no podía por
estar tomados los caminos, que cuando vino a Piccho, pensó entrarse a esta
ciudad, lo que trató con Don Francisco Cisneros y Don Manuel San Roque,
pero no pudo ejecutarlo, porque habiendo ido a recoger su media cama, lo
cercaron los indios al confesnte con otros varios y lo arrearon para adelan-
te, de suerte que no habia mas remedio que morir o caminar para adelante;
cuando lo de Pucacasa, intentó también venirse y efectivamente lo trató con
varios y con Genuario Castro, y queriendo un día venirse, el indio que venía
conduciéndolo avisó, con lo que vino el rebelde y lo quiso dar de chicotazos al
confesante y así no pudo y quedaron todos los españoles con el miedo de ver
destruídos sus familias y responde.
Repreguntósele, como luego que supo en Sicuani la noticia del rebelde
y de sus iniquidades, no se fue y se mantuvo allí, lo que le ocasionaba preci-
samente el quedar expuesto a todo lo que /.12 le ha sucedido, dice no lo hizo
porque los caminos estaban cerrados y responde.
Repreguntósele, por qué en Pucacasa, para venirse se valió de un in-
dio, de quien debía recelar, ni es motivo el que le trajese su cama. que por huir
del rebelde era mejor abandonarlo todo, dice que por traer un caballo para
poder escapar fácilmente, el que tiraba el indio, se quedó éste atrás y habiendo
visto que traía sábanas y otra ropa lo malició y avisó y responde.
Hízocele cargo cómo dice estuvo forzado y por consiguiente no era de
la confianza del rebelde, cuando consta de estos autos, por quien lo vió, que
andaba suelto, comía en la mesa del rebelde, que por ser o hacer de Coronel
de la gente de Lampa, repartía a ésta el sueldo, enojándose alguna vez con
la mujer del rebelde por qué no le daba tan pronto la plata o sueldo; y vino
mandándola a Piccho contra lo que tiena confesado. Que fue a Sicuani a echar
gente; que se decía por cierto lo había nombrado de Justicia Mayor en Sicuani
o Tinta; que riñendo el confesante con el rebelde le dijo a éste, ninguno le
había servido con mas lealtad; que la mujer del rebelde regalaba varias cosas a
la del confesante, todo lo que prueba la confianza que tenían en el confesante
y que su conducta no era de forzado, dice que aunque andaba suelto, pero en
calidad de preso, sin poder ir a parte alguna, que una u otra vez comía a la
mesa del rebelde porque los llamaban, que una u otra vez por comedido y no
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