Page 662 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
Causas criminales seguidas contra los rebeldes
que hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz, so cargo del cual ofreció
decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado, y siéndolo cómo se llama,
de donde es natural, su edad, estado, calidad, oficio y si sabe la causa de su
prisión, dijo llamarse Francisco Molina, natural de Santiago de Chile, de edad
de cuarenta y ocho años, casado con Doña Melchora Cárdenas, español, que
no tiene oficio y se mantiene de una hacienda que tiene en el Collao y no sabe
porque está arrestado y responde. ,
Preguntósele sino presume será por haber estado en compañía del re-
belde, dice es cierto presume será por esto y responde.
Preguntósele desde cuando ha estado con el rebelde y de que le ha
servido, dice, que después de la muerte del Corregidor Arriaga, viniendo el
confesante de su hacienda, que está en el Collao a donde había ido por su
mujer, que estaba enferma, llegado que fue a Sicuani le vino Melchor Castelo,
ya difunto, a notificar, como a todos los demás, fuese a Tungasuca de orden
del rebelde, pero pudo conseguir con dicho Melchor lo dejase, al día siguiente
vino un hijo de Melchor a reconvenirle porque no iba y le respondió ya había
quedado con su padre en lo que había de hacer; a dos días vino una orden del
rebelde, para que se pusiese horca y notificase a todos fuesen a Tungasuca,
matando al que no obedeciese y ya entonces se vió en precisión de ir a lo del
rebelde, pero aunque fue no lo ocupó en nada, ni el confesante hizo nada y
responde.
Preguntósele si no ha mandado gente en la tropa del rebelde, si ha ido
a alguna expedición, a cuál y con qué destino, dice /.llv no ha mandado gente
nunca, sólo viniendo el rebelde para Piccho, pasando por Sangarará, hablan-
do con Don Mariano de la Cuba, Don Antonio Olabiguel y otros varios de la
Provincia de Lampa, dijeron los más sin tener intervención del confesante,
que quien lo mandaría y dijeron que el confesante hiciese de Coronel, Cuba de
Teniente Coronel y nombraron todos los demás los otros empleos y el rebelde
la aprobó, pero aquello quedó en conversación y aunque alguna vez lo recon-
vino el rebelde, por que no hacía algo o mandaba, se disculpaba, con que no
tenía allí de su gente, pues de Lampa no había; que sólo vino en esta ocación a
Piccho y también estuvo en Pucacasa, pero sin destino y venía como otros por
recelo del rebelde y responde.
Preguntósele, si el tiempo que estuvo con el rebelde, ha estado forzado
o por sugusto, dice que ha estado forzado y responde.
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