Page 594 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
                                                         Causas criminales seguidas contra los rebeldes
            fico.
            Espinavete
            (media firma y rúbrica)


                    [Matías Isunza es nombrado Defensor de Meza. 8, 1781].


                    Cuzco, 8 de Junio de 1781.

                    Nómbrase por defensor de Miguel Meza al doctor don Matías Isunza,
            abogado de la real audiencia de Lima, quien acepte y jure.

            (rúbrica de Benito de la Mata Linares)
            Manuel Espinavete López
            (firmado)

                    [Defensa que hace Isunza del encausado].
                    El abogado nombrado de oficio para la defensa de Miguel Meza en los
            autos criminales seguidos contra él por complicidad en la rebelión del traidor
            Túpac Amaro por el solicitador fiscal, dice: que justicia mediante se ha de ser-
            vir la piedad de vuestra señoría absolver a dicho reo de toda pena y mandar se
            le relaje de la prisión en que está, que así es conforme a derecho y siguiente:
                    Las razones en que funda su acusación dicho solicitador es decir que si
            el rebelde no hubiese tenido a Meza y otros de su carácter, que sólo al parecer
            son españoles, no hubiera emprendido su hecho; que el pretexto de la fuerza
            y coacción es un colorido que nada vale, y que últimamente, pudiendo haber
            hecho fuga a esta ciudad, no lo hizo.
                    La primera razón, por lo muy general y precisa, intenta convencer mu-
            cho y nada convence; la segunda tiene contra sí y a favor del reo vehementí-
            simas presunciones que demuestran ser cierta la violencia y fuerza con que
            aquél tirano contenía a los españoles y mestizos en su servicio, pues es público
            y notorio que los más le asistieron sólo por temor a perder la vida; la tercera
            tiene las mismas presunciones, pues cuando éste reo hubiese logrado alguna
            proporción para trasladarse a esta ciudad, no lo haría sin duda porque, como
            asegura en su confesión, le infundieron el recelo de que en esta parte mataban
            a cuantos de aquella se venían, lo que no se hace difícil de creer fuese efecto
            de los depravados artificios de aquel infame que fundó toda su traición en



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