Page 344 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
                                                         Causas criminales seguidas contra los rebeldes
            se quedase que mejor estaría en su compañía y no padecería los / .12v trabajos
            que se le esperaban si pasase al Cuzco, a lo que le replicó diciéndole estaba muy
            pobre y no tenía con que mantener a su mujer y criada; que entonces le ofreció
            proveer una despensilla, como en efecto lo hizo. A fojas diez (sic) confiesa vino
            la mujer del Rebelde al cerro de Piccho, a atacar esta ciudad y abrazó al confe-
            sante, diciéndole que de él había tenido más sospecha que de otros y le convidó,
            juntamente con su marido, un vaso de vino. A fojas once vuelta declara que oyó
            a la mujer del Rebelde, que la causa de haberse tomado esta determinación era
            porque su pleito no lo habían sentenciado a su favor, como también por el pleito
            o etiqueta que se había movido entre el cura de Coporaque y otros. A fojas (sic:
            ilegible) vuelta aparece, que fijado un cedulón de excomunión en la puerta de la
            iglesia, tomando noticia de ello la mujer de Tupa Amaro, hallándose éste ausen-
            te, mandó a dicha su mujer que lo quitasen, rompiesen y pusiesen otro edicto
            de lo que ella acostumbraba, lo que oyó decir a la misma mujer y vecindario
            de aquel pueblo. Que con motivo de la excomunión el teniente de cura mandó
            cerrar las puertas de dicha iglesia y la enunciada mujer de Tupa Amaro / .13 le
            requirió con varias amenazas, a fin de que abriera la iglesia y celebrara el santo
            sacrificio de la misa, lo que ejecutó dicho teniente de cura al día siguiente del
            requerimiento. Que dicha mujer, cuando se le impartió de que a su primo her-
            mano nombrado Simón Noguera, que había ido con edictos para la provincia
            de Lampa, en aquel pueblo, lo habían aprehendido y ahorcado, empezó a hacer
            mucho llanto y tomó la determinación de ahorcar a cuantos tenía presos en su
            casa, pues a no haber llegado a este tiempo su marido, hubiera ejecutado. Todo
            lo que consta de la citada confesión de Juan Esteban Escarcena, a cuyos autos me
            remito y de que certifico.


                                                                    José de Arismendi
                                                                          (Rubricado).


            (Al margen: Testimonio de la declaración de Mariano Banda).


                    Asimismo certifico consta igualmente de dichos autos en la confe-
            sión que se tomó a Mariano Banda, escribiente del Rebelde, quien a fojas
            veintinueve dice, que la mujer de Tupa Amaro mandaba más que ninguno,
            pues primero se le preguntaba que era lo que convenía hacer. A fojas trein-
            tidos dice, haber oído a Micaela Bastidas que a su marido le abrieron los



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