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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
los pueblos de Tungasuca y Tinta, observó que Micaela Bastidas daba órdenes
por escrito y de palabra a las / .10 provincias rebeldes, para que aprontasen
gente para posesionarse de estos dominios, con más rigor que su propio mari-
do, imponiéndolos penas de muerte si no concurrían a ello. Dictando algunas,
el testigo, reconvenido por la dicha de que lo había librado de la horca y de la
muerte que querían darle los indios y a toda su familia. Pero las más de dichas
órdenes las encaminaban los escribientes Ortigoza, Bermúdez, Banda, Galle-
guillos, Berdejo y un Esteban por algunos borradores que habían formado. Y
las que dictó el declarante las repudiaban y volvían a hacer de nuevo, diciendo
no estar conformes a sus intentos, fomentando la dicha de palabra y con dá-
divas a los indios para atraerlos a su partido, a que concurrían los expresados
con los demás parientes y allegados del Rebelde. Y que esto es lo único que
sabe y puede decir y la verdad, bajo del juramento que tiene hecho, en que se
afirmó y ratificó, dijo ser de edad de cincuentisiete años, firmólo con su seño-
ría de que doy fé.
Francisco de Cisneros
(Rubricado).
Manuel Espinavete López
(Rubricado).
(Al margen: Declaración de don Manuel de San Roque).
Inmediatamente compareció ante su señoría don Manuel de San Ro-
que, del cual tomó y recibió juramento que hizo por Dios nuestro Señor y una
señal de cruz, y habiéndolo hecho según derecho y prometido decir verdad,
siendo preguntado al tenor del auto cabeza de proceso dijo, conoce a Micaela
Bastidas y que en el tiempo de dos meses y cinco días que lo tuvo preso el re-
belde Tupa Amaro observó que Micaela Bastidas, su mujer, daba varias órde-
nes de palabra a los indios concurrentes, todas enderezadas a la conspiración
que el Rebelde había /.10v maquinado. Excitando a los indios a que pusiesen
en armas fomentándolo con plata, coca y otras especies comestibles, y que
aunque se representaban varias quejas de agravios que hacían los indios a los
españoles y mestizos, jamás vio se aplicase remedio para contenerlos. Que por
las conversaciones que la dicha tenía con el declarante y otros presos, se deja-
ba conocer que la pretensión del Rebelde era reinar, que para poderlo hacer
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