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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
algunos sugetos que el revelde José Gabriel Tupa Amaro havia manifestado
una carta de vuesa señoría ylustrisima, en que le dava las gracias por la muer-
te que dio al Corregidor de Tinta don Antonio Arriaga, suplicandome que
expuciese de manera que haga fe si es cierto que oí la referida especie al tal
moso y el concepto que hize de ella y haviendo refleccionado la materia con
la madures que pide su gravedad trayendo a la memoria lo que ocurrio en
el tiempo que estube de Comandante en la rivera de Orcopampa, provincia
de Condesuyos de Arequipa para contestar a vuesa señoría ylustrisima, devo
decir que no tengo presente haver oído tal combersacion y aunque la huviera
oído, huviera hecho de ella el desprecio que hize de otras semejantes que se
ofrecieron y vociferaron por las expresiones que el mismo yndio revelde Tupa
Amaro derramava para colorir su atentado y a atraer mas yndios a su partido,
diciendo unas vezes que tenia ordenes del Superior Govierno, otras de la Real
Audiencia y aun del mismo Soberano, pero tan reservadas como las de la ex-
patriacion de Jesuitas.— Quando la alta dignidad de vuesa señoria ylustrisima
no fuese suficiente a retraer qualquier concepto de la menor infidelidad contra
la Patria y el soberano radicaron, en el mio la mayor satisfaccion de su celo
y amor al real servicio, las diferentes providencias que se dignó tomar vuesa
señora ylustrisima para contener la osadía de los reveldes y mantener en so-
ciego y con seguridad a los vasallos fieles que llegaron u mi noticia, quando
con el mismo obgeto me hallava en el lugar citado, ya conminando con cen-
suras al Caudillo de la revelion y sus sequases, ya compeliendo los curas con
excomunion reservada, asi para que se fuesen a sus curatos para la custodia
de su revaño, ya juntando su clero a presencia de una ymagen del Señor en las
gradas de la Catedral para que se alentasen a la defenza de los monasterios,
ya mandando hazer rogativas publicas y encargando a las religiosas clamasen
a Dios por la victoria de las armas catolicas y a todos los sacerdotes que en
la miza añadiesen las oraciones dispuestas por la Yglesia para este fin y otras
muchas que omito por no ser prolijo y ellas me ratifican en el desprecio de
aquella especie de la conbersacion de Julian Flores, aun en caso de haverla
oido que no tengo presente, como estoy pronto a jurarlo siempre que para ello
sea requerido y para que haga fé ésta mi relacion, he dispuesto que la firma
que hirá al pie de ella sea comprovada por tres escribanos publicos.— Nuestro
Señor guarde a vuesa señoría ylustrisima muchos años.— Santiago de Chile y
noviembre doce de mil setecientos ochenta y quatro.— Ylustrisimo señor.—
Beso la mano de vuesa señoría ylustrisima su mayor servidor.— Juan Bautista
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