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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            tropa considerable de rebeldes. Con esta noticia resolví escribír a Pascual Ala-
            rapita citado que comandaba aquellas tropas, y con efecto lo practique el día
            6 de Mayo, llamándole a solicitar el Perdon e Indulto tantas veces publicado
            a favor de los Rebeldes que detestanto su delito, se humillasen a implorar la
            clemencia de nuestro Soberano, añadiendole a el la precisa condicion de que
            antes de todo pacificase la Provincia. de Chucuyto, y me entregase a qualquier
            malvado que con su influxo intentase destruir en ellos este buen pensamiento.
            Obstinado en su delito, y lleno de soberbia no quiso contestarme en derechu-
            ra, pero en esquela que dirixio al prisionero Isidro Mamani que consegui sor-
            prender, hace mencion de mi Carta para asegurar con desverguenza que antes
            de leerla la entregó al fuego, agregando muchas amenazas contra mi y todos
            los demas que defienden esta Villa.
                    La inmediacion a estos, y la repeticion con que se aseguraba la venida
            del referido Diego Tupac Amaro por la parte de Lampa, me determinó a ocu-
            rrir por un extraodinario pidiendo socorro de gente, municiones, y viveres al
            Corregidor de Arequipa, para resistir y oponerme a la reunion de esta canalla,
            de cuya instancia aguardo lo mas favorable.
                    Abreviando sus marchas Tupac Amaro se presentó el dia 7 con sus
            tropas en las Alturas de esta Villa no sin grande obstentacion, y estrepito de
            los Pedreros que trajo para batirla. Puse toda la diligencia necesaria para no
            ser sorprendido aquella noche, y al dia siguiente como a la una de la tarde se
            movieron de sus Puestos y despues que consiguieron desalojar a los indios de
            esta Villa del Cerro del Azogue donde estaban apostados. Bajaron sobre ellos
            con grande furia hasta el Castillo de Santa Bárbara, en el qual aunque no en-
            teramente concluido por falta de tiempo, tenia colocada una Culebrina, cuyo
            hecho me obligó a auxiliarlos principiando la accion de aquella suerte hasta
            hacerse general, con cuyo conocimiento les opuse las Compañias de Cavalle-
            ria por el lado de la Campaña, y destaqué los Piquetes de Fusileros que pare-
            cieron suficientes para contenerlos por las espaldas de la Yglesia de San Juan
            por donde hacian sus mayores esfuerzos, y aunque duraron largo espacio en el
            choque, fueron al fin rechazados por una y otra parte con perdidas de algunos
            de los suyos, y sin daño de consideracion de los nuestros.
                    Mantuvieronse el dia 3 en las eminencias que ocupaban con grande
            voceria y algazara y acia las dos de la tarde empezaron a descubrirse los que
            venian de Chucuyto, que continuando sus marchas en varias Divisiones, lle-
            garon a acampar bien cerca de esta Villa sobre el mismo camino real. Alli



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